Con el paso de los años el cuerpo cambia, eso es algo evidente. Pero estos cambios no son solo físicos sino también cognitivos y es que, tan importante como practicar deporte habitualmente y llevar una buena alimentación también lo es ejercitar el cerebro para conseguir mantener nuestras capacidades lo mejor posible y así conseguir mejorar y agilizar nuestra memoria.
Pero, ojo, porque esto es una carrera de fondo y si sabemos que unos buenos hábitos son esenciales para mejorar nuestra calidad de vida, también debemos tener en cuenta que existen algunos que pueden afectar de forma negativa a la capacidad de memorizar a medida que envejecemos.
Según Charan Ranganath, director del Laboratorio de Memoria Dinámica de la Universidad de California, uno de los neurocientíficos que más ha estudiado sobre la memoria y autor del libro ‘Por qué recordamos: la nueva ciencia de la memoria’, dice que concretamente son cuatro los hábitos que debemos evitar, y los explica en esta entrevista de BBC Mundo.
Cuatro hábitos que debes desterrar para cuidar tu memoria
No dormir bien
A medida que envejecemos dormimos menos horas pero lo que el experto dice es que un buen descanso es esencial para cuidar nuestras funciones cognitivas y es que cuando decimos que “el sueño es reparador”, es realmente así ya que tiene una función restauradora. “Si una persona no duerme lo suficiente, la función frontal del cerebro se reduce, lo mismo que su nivel de tolerancia al estrés; y, por lo tanto, no es capaz de enfocarse debidamente", dice en la entrevista. Dormir facilita la retención de información y no solo es necesario dormir de noche ya que una siesta por el día también es beneficiosa.
Hacer varias tareas a la vez
Sabemos que el multitask se ha convertido en el día a día de muchos de nosotros por la obsesión de ser más productivos y aprovechar al máximo al tiempo, pero lo cierto es que estaremos haciendo un flaco favor a nuestro cerebro. "La corteza prefrontal nos ayuda a centrarnos en lo que necesitamos hacer para alcanzar nuestros objetivos, pero esa maravillosa capacidad se empantana si saltamos continuamente de un objetivo a otro", explica el doctor. Y es que al hacer dos o más cosas a la vez “dificulta la formación de un recuerdo”.
Pero, lo que el profesor sí ve con buenos ojos es que si esas multitareas están asociadas como, por ejemplo, cocinar un pastel en el cual tienes que hacer varias funciones: preparar la masa, al mismo tiempo precalentar el horno, seguir removiendo la masa, etc... entonces sí que estaremos haciendo un buen trabajo cerebral.
La monotonía
Como ya comentábamos en este artículo, nuestro cerebro no puede recordar todo sino solo aquello que selecciona solo aquellos recuerdos que nos han causado alguna emoción y ello ha desencadenado la liberación de sustancias químicas como adrenalina, cortisol, serotonina...
“La plasticidad en el cerebro nos ayuda a realizar tareas, en especial aquellas que son repetitivas, de manera más eficiente", y pone como ejemplo la contraseña de tu móvil, del ordenador... Si siempre usamos la misma y de repente un día tienes que cambiarla, tu cerebro va a intentar siempre recordar la de siempre (monótona) por eso, romper con esta monotonía nos ayudará a preservar la plasticidad cerebral.
Confiarse demasiado
Por último, quienes gozan de buena memoria y nunca han necesitado la ayuda de una agenda para anotar nuevas informaciones, de repente, llega un día en el que se ven en la situación de que ya no tienen la misma capacidad de recordar como antes, o al menos, se ha reducido. No te preocupes, como decíamos, forma parte de envejecer, pero, ten en cuenta que, tal y como dice el doctor, “el propósito de la memoria no es recordar el pasado, aunque pueda hacerlo, sino tomar la información importante del pasado que necesitamos para entender el presente y prepararnos para el futuro".
Y, ¿cómo podemos ejercitar nuestra memoria? El experto pone como ejemplo una situación tan cotidiana como intentar memorizar el nombre de una persona que te acaban de presentar: “Unos minutos después ponte a prueba y trata de decir su nombre. Y a medida que la conversación siga vuelve a hacerlo. Cuanto más espaciados sean estos intentos, mejor”.
Fotos | Chris Hardy de Unsplash
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