Si ya has incorporado estos ocho hábitos a tu rutina, estarás envejeciendo de forma más saludable

Llevar una vida saludable debería ser algo habitual en cualquier persona. Pero cuando superamos la barrera de 50, mantenernos en forma es fundamental si queremos conservar nuestro buen estado físico, tener salud y una correcta calidad de vida.

Hay muchos factores que influyen en tener un envejecimiento saludable. Algunos de ellos, como la genética, se escapan de nuestro control por motivos evidentes. Pero sí que hay muchos aspectos de nuestro día a día que dependen de nosotros, como seguir las 4 M para tener un envejecimiento exitoso, llevar una dieta saludable comiendo alimentos que suman años de vida mientras reducimos alimentos perjudiciales.

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Los hábitos que debemos tener a partir de los 50

Reducir la sal y los alimentos procesados. A partir de los 50 es clave llevar una dieta saludable reduciendo el consumo de alimentos procesados y el uso de la sal. Con estos cambios podremos disminuir el riesgo de hipertensión y colesterol en el futuro. Según el cardiólogo de QuirónSalud, Roberto Martín Reyes, "hay que limitar el consumo de alimentos procesados y envasados con alto contenido en sal, azúcar y grasas saturadas".
Limitar el consumo de alcohol. Que beber no es bueno, todos los sabemos. Pero a partir de los 50, es especialmente perjudicial. Además de que los adultos mayores no suelen soportar en muchos casos el alcohol como cuando eran más jóvenes, para el cardiólogo británico, Oliver Guttmann, del Hospital Wellington, "el consumo excesivo puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas".
Entrenamiento de fuerza. Realizar entrenamientos de fuerza es importante a medida que envejecemos, ya que nos ayuda a mantener la masa muscular, fortalece los huesos y aumenta la estabilidad en general. El entrenador Álvaro Puche explica en su libro "Entrenamiento de fuerza para mayores de 50 años" (Amat Editorial) que "el ejercicio, especialmente el entrenamiento de fuerza, puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida a partir de esta edad". Oliver Guttmann señala que "los ejercicios con pesas pueden estimular el crecimiento óseo, aumentar la densidad ósea y ayudar a prevenir la osteoporosis al estimular a las células formadoras de hueso a ponerse a trabajar".
Caminar todo lo que se pueda. Caminar puede ser enormemente beneficioso tanto para el bienestar físico y mental. "Caminar proporciona muchos beneficios, como un mejor estado de ánimo, mayor oxígeno al cerebro para reducir el impacto de la confusión mental y una mejor calidad del sueño", explica Claire Henderson, entrenadora personal de The Fitness Group especializada en menopausia. Además, caminar de forma regular y a buen ritmo ayuda a reducir el dolor articular, disminuir los niveles de cortisol, reducir la presión arterial, mejorar la circulación. También permite que sea más eficaz el sistema endocrino, que incluye los sistemas de enfriamiento y circulatorio del cuerpo.

Priorizar el entrenamiento del equilibrio. Michael Betts, director de Trainfittness, afirma que las personas que "pueden mantener el equilibrio durante al menos 30 segundos en cada pierna tienen significativamente menos probabilidades de sufrir una caída" a medida que envejecen. Y este es un dato a tener en cuenta, dada la falta de estabilidad de las personas de más edad, y lo habitual que suelen ser las caídas y los accidentes.
Incorpora ejercicios de resistencia. La pérdida muscular y la degeneración ósea son aspectos inevitables del envejecimiento, en particular si se lleva un estilo de vida sedentario. Por eso, es clave incorporar ejercicios de resistencia como sentadillas, estocadas inversas o bisagras de cadera dentro de la rutina diaria para estabilizar y sostener la columna vertebral, ralentizando así o incluso revirtiendo el proceso. En este sentido, el dolor de espalda en las personas de más edad se puede aliviar significativamente, e incluso prevenir, si nos centramos en fortalecer tres grupos musculares fundamentales: la espalda, el torso y las piernas.
Mantener el cerebro activo. La Dra. Sophie Ward, subdirectora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Arden, explica que "las investigaciones demuestran que el aprendizaje permanente, junto con la educación formal y la alfabetización, es un factor importante para nuestra salud y seguridad a medida que envejecemos. Aprender cosas nuevas puede potenciar la capacidad intelectual al crear nuevas vías neuronales, lo que aumenta la plasticidad general del cerebro". Esta profesional señala que las personas de entre 50 y 60 años deberían abrazar el aprendizaje permanente, ya sea a través de la educación formal, el voluntariado o eligiendo un nuevo pasatiempo. Escribir a mano es otro de esos hábitos que ya casi hace y que ayudan a mantener ágil el cerebro.
Tener una vida social activa. Tener amigos y una vida social activa podría ser clave para un envejecimiento saludable. Hay varios estudios que afirman que tener amigos y un entorno social amplio podría sumar años de vida, ya que pasar tiempo con ellos podría ayudar a mejorar su salud mental, además de ayudarnos a envejecer bien y contribuir de forma sustancial a la longevidad. Además la risa tiene muchos beneficios al ayudar mejorar las funciones cognitivas, como la resolución de problemas y la memoria, y puede aumentar la tolerancia al dolor.