Volver a la oficina este otoño viene con muchísimas ventajas, porque todas las tendencias de temporada que triunfan se pueden adaptar a nuestros looks working. Empezar el día con un look potente es tan efectivo como un buen desayuno para ponerse las pilas y ahora no habrá excusa para hacerlo: desde los volúmenes imposibles hasta los colores neón, todo tiene adaptación realista para ir al trabajo.
Los volúmenes dramáticos se cuelan con estampados working
Si has cogido la fiebre de las mangas abullonadas y tienes obsesión con colar estos volúmenes en todos tus estilismos, que la oficina no se te resista. Quizá con tules y transparencias sea demasiado, pero si lo adaptas con cuadros o tartán más working serán totalmente adecuados.
La logomanía más exacerbada se viene a la oficina
Lo hemos visto en el street style claro y conciso: ser modesta no es tendencia, todos queremos saber quien firma tu look y la logomanía se encarga de aclararlo. Al trabajo se lleva en formato sartorial, con trajes de chaqueta o blazers así de chics y elegantes.
El power dressing ochentero viene a golpe de hombreras
Una de las tendencias más molonas de este otoño invierno 2020 es el power dressing ochentero. Una moda que nació, precisamente, en la oficina. Así que no te llevará ningún esfuerzo sumarla a tus looks de lunes a viernes. Solo necesitarás una actitud muy glam, atrevimiento y una buena chaqueta con hombreras poderosas.
El cuero se lleva y tus pantalones darán buena cuenta de ello
Hace unos días hablamos de los total looks de piel, que a nosotros nos parecen fabulosos para una buena jornada en el despacho cargada de estilo. Pero si a ti te parece too much siempre puedes apostar solo por los pantalones, con camisas masculinas que mezclan la sofisticación de la piel y la profesionalidad del estilo working.
Una vez que pruebes el pantalón slouchy ninguno volverá a gustarte tanto
Los pantalones anchos, con aspecto XL y baggy en la zona de los muslos llegan este año para deleite de las más lanzadas. En vaqueros o en diseños más sofisticados: llévalos con mocasines y jersey de punto y serás la más moderna de toda la oficina.
El premio a la más destroyer de la oficina es para ti
Si te has levantado poderosa y vas a la oficina guerrera, mejor hazlo con un toque punk en tu estilismo. No hace falta ser demasiado obvia, ni tachuelas ni vaqueros rotos están en este menú working. Pero el detalle de las botas moteras y todoterreno este otoño no te lo quita nadie.
Los bolsos son la mejor forma de llevar la tendencia quilting al trabajo
Los acolchados pisan fuerte de cara a 2020. Mientras esperamos a que se abra la veda para los plumíferos y abrigos más statement podemos ir probando suerte con esta tendencia...en forma de bolso. Zara, Mango y muchas otras firmas low-cost ya han sucumbido y nos traen propuestas blanditas para el trabajo que parecen edredones. Apetecibles son un rato.
Las más ladylikes del despacho lo llenarán todo de lazos
Lazo arriba y lazo abajo. Lazos en los puños, en el pelo y en el cuello. Porque el estilo clásico, burgués y maximalista se lleva y es femenino a más no poder. Kate Middleton y Melania Trump ya han picado con esta tendencia, inspirándonos para llevar blusas con lazada al trabajo.
Llámalo minimalismo o total look, pero llévalo al trabajo
Los estilismos con prendas combinadas se mantienen firmes como una de las tendencias más fáciles de lucir de todas. Llevar un solo color de pies a cabeza simplificará mucho el vestirse a primera hora para ir al trabajo sin dejar de hacerlo con estilo. Rojo, beige, blanco, azul cielo... ¿qué color tocará cada día?
La pata de gallo es el nuevo tartán
Llevábamos ya varios inviernos llevando los cuadros por bandera. Este estampado seguirá dejándonos looks de street style maravillosos pero ya no tiene el monopolio. Porque el print blanco y negro de pata de gallo más clásico se moderniza, siendo el más molón para llevar de lunes a viernes.
Neón sin pasarse, una clave que hay que hacer con elegancia
Los tonos neón no parecen tener cabida en un buen look working adecuado a nuestro día a día. Pero si le echamos mesura e imaginación se convierten en el acento de tendencia ideal para iluminar un estilismo. Una camisa naranja sobre un traje pantalón neutro, una costura amarilla flúor o unos calcetines fucsia que solo se asoman al andar marcarán la diferencia y mucho.