Hay muchas decisiones difíciles a las que tendremos que enfrentarnos a lo largo de nuestra vida. Y, cuando nos planteamos si dejar o no nuestro trabajo, es sin duda una de esas decisiones. Hacer una elección así no es sencillo, y menos teniendo en cuenta las condiciones laborales y vitales actuales.
Las causas para plantearnos la posibilidad de dejar nuestros trabajos pueden ser muy variadas. Es completamente razonable tener miedo y dudas y plantearnos si se trata de una buena decisión. Por ello, hay algunas claves que podemos tener en cuenta para tomar la decisión.
Lo primero es: ¿me lo puedo permitir?
Seguramente escucharemos "si no estás contenta con tu trabajo, déjalo"; "seguro que encuentras otra cosa"; "persigue lo que realmente quieres" y todo eso suena muy bonito. Es más, es posible que sea verdad. El problema es que no siempre podemos permitirnos seguir nuestros sueños. Por ello, plantearnos bien cuál es nuestra situación económica, cuánto tiempo podríamos pasar sin trabajar tirando de ahorros - si es que lo tenemos - o cuánto podríamos tardar, siendo realistas, en encontrar un nuevo trabajo.
Tu trabajo está afectando a nuestra salud
En ocasiones, tener problemas en el trabajo puede estar afectando a nuestra salud tanto física como mental. En ocasiones esto se puede resolver pidiendo ayuda a quien toque en ese momento, pero hay ocasiones en las que no. En esos casos, es posible que tengamos que plantearnos seriamente dejar nuestro trabajo para cuidar de nuestra salud.
Los valores de tu empresa entran en conflicto con los tuyos
Hay ocasiones en las que los valores por los que riges tu vida no son compatibles con la cultura de tu empresa. Si esto está suponiendo un gran conflicto moral para ti, es posible que tengas que replantearte seriamente si puedes seguir trabajando allí o necesitar hacer un cambio laboral.
La idea de ir a trabajar te genera ansiedad y te cuesta hacerlo
Hay días, para todos, en los que no nos apetece ir a trabajar. Pero cuando esto ocurre todos los días, te cuesta mucho levantarte de la cama y la idea de ir a trabajar se te hace muy cuesta arriba, es posible que haya algún problema mayor que necesites plantearte.
El ambiente de trabajo te resulta tóxico y paralizador
Por desgracia, no todos los ambientes laborales son saludables e, incluso cuando estamos haciendo el trabajo de nuestros sueños, puede afectar a nuestro trabajo. Ya sea que no valoran nunca el trabajo que se hace, existen faltas de respeto, no se tiene respeto por los horarios de trabajo ni el descanso de los trabajadores, etc. En ocasiones es posible hacer algo para cambiar esta situación, por lo que tendremos que planteárnoslo bien.
En cualquier caso, todo lo anterior puede provocar que nos sintamos paralizados, que no estemos disfrutando nuestro trabajo o que tengamos claro que no vamos a poder seguir avanzando a largo plazo. No se trata de que no nos llevemos bien con alguien del trabajo, que estemos cansados y necesitemos vacaciones o que queramos algo más, si no que nuestro trabajo actual esté afectando a nuestra vida profesional y a nuestra salud.
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