El cortisol influye en el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas, controla la presión sanguínea y los niveles de azúcar en sangre y regula los niveles de inflamación del cuerpo, pero un exceso de la llamada hormona del estrés puede tener efectos muy negativos.
Según Mayo Clinic, “La activación a largo plazo del sistema de respuesta al estrés y la sobreexposición al cortisol y otras hormonas del estrés pueden alterar casi todos los procesos del cuerpo”, afectando así a nuestra salud mental y física. Unos niveles elevados de cortisol se asocian con el síndrome metabólico, disminución de la densidad ósea, depresión y disfunciones del sistema inmunitario.
Lo cierto es que hay mucho de lo que hacemos cada día que activa el cortisol sin darnos cuenta, tal y como nos explica la neuropsicóloga y psicoterapeuta Odra Farfán.
El multitasking
Aunque pensemos que sí, la realidad es que el cerebro no está diseñado para la multitarea. Es más, si hacemos multitasking en el trabajo estaremos matando nuestra productividad, reduciendo nuestra capacidad de concentración y nuestra memoria y hasta resultamos menos resolutivas porque se reduce el coeficiente intelectual.
Cuando tratamos de hacer varias cosas a la vez, tenemos que volver a la tarea anterior y el cerebro tarda un tiempo en conseguir la misma concentración que tenía. Tanto que si usas la multitarea, tardas hasta un 40 % más de tiempo que si las realizamos de una en una. En lugar de usar la multitarea es mejor priorizar la lista de tareas con una matriz de Eisenhower y abordarlas de una en una para aumentar nuestra productividad.
Saltarse una comida
Sí, más de una vez si he tenido mucho trabajo me he saltado la comida. Y hacerlo, saltarte las comidas de vez en cuando provoca que tus niveles de cortisol aumenten porque tu cuerpo se pone en alerta, En este contexto, lo que conseguimos además es ralentizar el metabolismo, disparar los picos de glucosa en sangre y aumentar la grasa acumulada.
Demasiado café durante la jornada laboral
El café tiene numerosos beneficios. Tanto que investigadores de Harvard han asegurado que es tan sana como el agua. Pero un exceso de café puede causarnos más problemas que beneficios. Varios estudios indican que la cafeína duplica el flujo de epinefrina y cortisol.
Es más, se ha comprobado que la cafeína aumenta los niveles de cortisol de una forma parecida a como lo haría una situación de estrés. No es malo tomar café, pero sí excedernos. Como máximo dos tazas al día para evitar picos de cortisol durante el día.
Fotos | Giphy, The Office
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