Cada generación tiene sus propias prioridades y costumbres, que cambian marcadas por el contexto y vivencias que trae cada época. Siendo así, la experiencia vital de baby boomers y miembros de la generación zeta son opuestas en muchos aspectos y no parece que su forma de pensar vaya a cambiar. Al menos, en estos cuatro puntos.
Herramienta o adicción
Relación con la tecnología
Existe una brecha especialmente pronunciada entre la Generación Z y los baby boomers y es a la hora de relacionarse con la tecnología. En esto influye mucho el hecho de que unos hayan vivido la mayor parte de sus vidas en un mundo analógico mientras que los otros nacieron ya en mundo digitalizado. De este modo, los baby boomers pueden considerar que la tecnología no es algo tan importante para desempeñar su día a día, pero para la generación Z es una herramienta esencial.
Un buen ejemplo de cómo los baby boomer son más reacios o lentos a la hora de incorporar la tecnología a sus costumbres lo encontramos en un estudio que determinó que son la generación que menos compra desde el móvil.
El móvil
En esta misma línea, el uso que le dan al teléfono móvil es distinto. Según una encuesta de Softonic, mientras que la generación Z pasa unas seis horas al día utilizando el smartphone, los baby boomers solo le dedican tres horas diarias. Además, estos últimos siguen viéndolo como una herramienta para llamar en primera instancia, mientras que los más jóvenes consideran que esa función está reservada a últimos recursos y emergencias.
El porqué de las redes sociales
Para la generación Z, tener presencia en redes sociales es prácticamente una necesidad en lo relativo a su desarrollo laboral o de cara a existir para el mundo. Mientras que, para los baby boomers, las redes sociales son más una forma divertida de mantenerse en contacto con familiares y amigos. No obstante, a ellos también les encantan las redes sociales. Un estudio de la Universidad de Colorado determinó que el 60% de los miembros de esta generación tiene cuenta en, al menos, una red social, siendo Facebook su clara favorita.
Priorizar vida personal o vida laboral
La razón de ser del trabajo
Los baby boomers crecieron y se desarrollaron profesionalmente en un mundo en el que el trabajo garantizaba una serie de derechos y beneficios. Siendo así, la idea de ascender en una empresa y de prosperar en la vida a través del trabajo no solo era algo posible sino también una expectativa muy extendida. Por el contrario, la generación Z ha crecido en un mundo posterior a la crisis de 2008, en un contexto de precariedad.
De hecho, es especialmente llamativo que, teniendo en cuenta el grupo de edad que abarca la generación zeta (entre 28 y 15 años), un estudio publicado por Arta Finance determinara que un 38% de sus miembros ya están experimentando una crisis de mediana edad. La causa la achacan a la presión que ejerce en sus vidas la inestabilidad financiera y la incertidumbre laboral.
La relación con el dinero
Según una encuesta de Morningstar, el 33% de la generación Z habla abiertamente de dinero con sus familias, en comparación con solo el 6% de los baby boomers. Esto tiene sentido porque la Generación Z tiene más que perder financieramente y es la generación con mayor probabilidad de endeudarse.
No sin mis valores
Como la falta de estabilidad financiera hace que disminuya el valor y la importancia y la repercusión que los frutos del trabajo tiene en las vidas de la generación zeta, están menos dispuestos a someterse. De este modo, por lo menos, aquello a lo que se dedican tiene que estar en consonancia con sus valores y estilo de vida. Un estudio de Deloitte determinó que la generación Z es la que menos valora el salario a la hora de elegir un trabajo.
Equilibro entre vida personal y profesional
Es decir, que los zetas se niegan a trabajar largas jornadas mal pagadas o a tener un horario laboral rígido que les condiciones el resto de su día a día, tal como prefieren los boomers. Para la generación zeta, un buen equilibrio entre la vida laboral y personal es fundamental hasta el punto de ser uno de los principales pilares a la hora de motivarlos a implicarse en un trabajo, según un estudio. Mientras que los boomers podrían no entender del todo las dificultades financieras que enfrentan los jóvenes en la actualidad y, por lo tanto, tampoco esta actitud que adoptan.
Progreso o idealismo
La preocupación por el medio ambiente
Según el Foro Económico Mundial, el 55% de la Generación Z considera que la sostenibilidad es el factor más importante a la hora de realizar una compra. Sin embargo, solo el 45% de los baby boomers piensan lo mismo. Hay que tener en cuenta que, mientras que la generación Z ha crecido escuchando sobre la urgencia del cambio climático, los boomers no empezaron a saber de los efectos de la industrialización y la degradación ambiental hasta la década de los 70.
Además, aún entonces, estos eran temas que tenían menos presencia en el discurso público. Esto explica en cierto modo por qué, mientras que la Generación Z acusa a la baby boomer de cargarse el planeta, a los baby boomer le parece que pecan de idealistas en ocasiones.
Un mundo más inclusivo
Además de la preocupación por el medio ambiente, a la generación Z le preocupa hacer del mundo un lugar más inclusivo. Un estudio elaborado por McKinsey & Company concluyó que el 77% de los zetas que participaron querían que su lugar de trabajo fuera más inclusivo y diverso. Algo que quieren que se vea reflejado en todos los niveles: desde los más bajos hasta los puestos de liderazgo.
Sin embargo, a los boomers, que ya van de salida del mundo laboral, este es un tema con el que les cuesta conectar. De este modo, pueden interpretarlo como idealismo o una forma de activismo demasiado confrontativa. Al mismo tiempo, a la generación Z les hace pensar que los baby boomers son personas anticuadas o que se resisten a los cambios.
Aguantar o cuidarse
Actitud frente a los días de baja por enfermedad
A los baby boomers les inculcaron una mentalidad de "aguantar" ante la enfermedad, tanto física como mental, anteponiendo su trabajo y obligaciones. Sin embargo, la generación Z es mucho más dada a priorizar su salud y bienestar. En este sentido, un estudio de Gusto concluyó que los trabajadores en remoto de las últimas generaciones toman bajas más largas por enfermedad, así como años sabáticos, que los trabajadores más mayores.
No obstante, no solo consideran que tomarse días de baja por enfermedad cuando están mal es algo necesario (y no una señal de debilidad), también sienten menos estigma en lo que respecta a la salud mental y son más abiertos a la hora de buscar ayuda profesional cuando la necesitan.
El estigma de las enfermedades mentales
Los baby boomers son más reacios a la terapia después haber sido estigmatizada o ignorado la importancia de la salud mental en su juventud. Además, pueden interpretar la disposición de los zetas a tomarse días por enfermedad como una falta de dedicación o compromiso. No obstante, la Generación Z ve cuidar de su salud como una forma de mantener la productividad a largo plazo. La American Psychological Association confirma que son la generación más propensa a buscar ayuda ante problemas de salud mental.
En esta misma línea, muchos baby boomers están acostumbrados a un mundo en el que las vacaciones y los días libres eran más excepciones que prácticas habituales. Por el contrario, la generación Z cree en los beneficios de una vida más equilibrada. Igual que no trabajar cuando se está enfermo, consideran que el tiempo libre es esencial para la productividad y la felicidad a largo plazo.
Foto de portada | Emile Guillemot
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