¿Cuál es el ingrediente secreto del éxito? Digo secreto porque si fuera vox populi todos tendríamos el mismo éxito que los millonarios ejecutivos de Fortune 500. Aunque ser rico es cuestión de suerte y no de talento, según el MIT y el modelo de Pluchino, alcanzar el éxito no implica que seamos millonarios. Te hemos dicho en más de una ocasión que el éxito real tiene mucho que ver con los ojos que miran. Seguimos asociando el éxito laboral con la felicidad y la consecución de una vida plena, pero eso no implica que tengamos tanto dinero como para comprarnos una casa en las Bahamas.
Alcanzar nuestros objetivos y convertirnos en personas de éxito en el trabajo no es nada fácil, pero si hacemos caso a quien más sabe, podemos estar más cerca de alcanzar nuestros objetivos en la vida. En este caso hemos consultado a Harvard cuál es la habilidad que comparten las personas más exitosas del mundo y el resultado era más sencillo de lo que esperábamos: la flexibilidad.
La habilidad que comparten las personas más exitosas del mundo: adaptabilidad
Según Joe Fuller, profesor de la Harvard Business School, Copresidente de Gestión del Futuro del Trabajo y Fundador del Proyecto Harvard sobre Workforce Founder Monitor Group, la flexibilidad, entendida como la capacidad de adaptación, es algo común a las personas exitosas. Desde hace décadas ha investigado sobre qué hace que las personas exitosas lo sean, observando y trabajando con Premios Nobel y altos cargos de Fortune 500 y todas comparten algo que cada vez escasea más.
Fuller descubrió que lo que distingue a las personas de alto rendimiento del resto, a aquellas que realmente alcanzan el éxito en su trabajo, no es su confianza ni su perspicacia empresarial, sino su adaptabilidad. “No están atados a una trayectoria profesional predeterminada que establecieron cuando eran estudiantes o cuando empezaron su primer trabajo”, explicaba a la CNBC.
La clave es que siempre están abiertos a oportunidades inesperadas y aceptan el cambio en lugar de temerlo. Como nos explica Iria Reguera, psicóloga y directora de Trendencias, el cambio es en sí mismo una forma de adaptación que todos vivimos en primera persona. “Los cambios te hacen aprender cosas de ti que no conocías, te llevan al límite y te obligan a ser lo más resolutiva que hayas sido nunca”, explicaba, y añadía que “cambiar y evolucionar con el tiempo puede acercarnos a la mejor versión de nosotros mismos que podamos ser. No es a los cambios a quienes debemos temer, sino al estancamiento y la rigidez.”
La adaptabilidad es, según Indeed, “una habilidad blanda que le permite a la persona ser flexible y aceptar los cambios fácilmente. Los empleados adaptables tienden a prosperar en ambientes impredecibles y pueden aprender rápidamente cómo reestructurar sus tareas para adaptarse a una nueva información, políticas o procedimientos”.
Esa flexibilidad o adaptabilidad de la que hablaba Fuller, está convirtiéndose en una de las soft skills más demandadas por las empresas según LinkedIn. Y tiene todo el sentido del mundo si pensamos en la cantidad de cambios que se viven a diario no solo en el ámbito laboral, sino en la vida misma. La Inteligencia Artificial, los cambios en la mentalidad de trabajo, la convivencia de teletrabajo y trabajo en oficina o el hecho de que ahora generaciones muy diferentes comparten espacio de trabajo, es el caldo de cultivo de cambios a los que necesitamos adaptarnos para no quedarnos atrás. Según explicaba en el informe de LinkedIn el vicepresidente de LinkedIn, Aneesh Raman. “La adaptabilidad es la mejor manera de tener iniciativa en este momento”. Trabajar nuestra adaptabilidad es enfocarnos al éxito.
Pensamos en que estamos persiguiendo un objetivo laboral concreto. Tenemos un plan y nos hemos puesto unos plazos para conseguirlo. Estamos enfocadas en lograrlo, pero eso no significa que debamos seguir un camino lineal. Fuller explica que aislarnos de un desvío en el camino puede ser contraproducente porque “ignoras lo que te motiva o te interesa y, en cambio, dejas que las expectativas rígidas guíen tu carrera”. Esa rigidez nos impide ver más allá. “Si te obsesionas con una trayectoria profesional específica, corres el riesgo de pasar por alto otras opciones satisfactorias para tu vida profesional", añade Fuller.
No podemos crecer laboralmente hablando si tenemos miedo al fracaso, y aprender a adaptarnos de una forma rápida es una de las mejores habilidades que, a día de hoy, nos puede llevar al éxito. Palabra de Harvard.
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