Por qué el éxito no nos da la felicidad: el error que estamos cometiendo sin darnos cuenta

Alcanzar el bienestar no siempre está asociado con conseguir el éxito. Al menos no como lo tenemos planteado según varios expertos

Lo Tengo Todo Pero Soy Infeliz Error Al Pensar En El Exito
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¿Por qué tantas personas inteligentes son infelices? Podríamos pensar que la inteligencia y el éxito nos predisponen para tomar mejores decisiones vitales que nos acerquen al bienestar. Tendemos a asociar el dinero con éxito y este, con la felicidad, así que tener seguridad financiera, éxito laboral y relaciones saludables parecen el cóctel perfecto para ser felices. Pero es perfectamente posible tener todas estas cosas y aún así, no ser feliz.

Raj Raghunathan, profesor de negocios de la Universidad de Texas en Austin, escribió un libro llamado ‘Si eres tan inteligente, ¿por qué no eres feliz?’ para responder a ello. Aunque el secreto de la felicidad es tener relaciones sociales significativas según los expertos de Harvard, las investigaciones sobre la felicidad han revelado algo un poco menos obvio: tener más educación, ser más rico o tener más éxito no ayuda a predecir si alguien será feliz y hasta podría significar que es menos probable que alguien esté satisfecho con la vida como vimos al hablar de la cinta de correr hedónica.

Por qué hay tantas personas que "lo tienen todo" pero siguen siendo infelices

Medir el éxito de forma errónea. Raghunathan explicaba en The Atlantic que existe un error que las personas de éxito cometen sin saberlo, y es que miden su éxito de forma equivocada, utilizando en muchas ocasiones las comparaciones sociales para determinar su nivel de logro, es decir, querer ser el mejor en algo. Por ejemplo, “Quiero ser el mejor profesor que haya” y medir ese logro con premios, dinero, carreras universitarias… Según el experto, este es un enfoque terrible.

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Para ser verdaderamente felices, todos necesitamos sentir que somos buenos en algo. Tener una sensación de dominio. Pero es difícil de evaluar y “la gente tiende a gravitar hacia criterios menos ambiguos, aunque no sean tan relevantes. La gente juzga a los mejores profesores por la cantidad de premios que obtienen, el salario que reciben o el tipo de escuela en la que están, lo que a primera vista puede parecer un buen criterio para juzgar lo bueno que es alguien, pero al mismo tiempo no es realmente relevante para el campo en particular", explicaba Raghunathan, pero como son más fáciles de medir, empezamos a perseguir el dinero y el reconocimiento en lugar de la maestría, el dominio o el impacto.

Clayton Christensen, uno de los profesores más famosos que ha tenido la Escuela de Negocios de Harvard y autor de libros como ‘How Will You Measure Your Life? (¿Cómo medirás tu vida?)’ explicaba en una charla TEDx Boston que, aunque es un enfoque comprensible pero a menudo fatal.

"Cuando tienes un gramo de energía extra o 30 minutos de tiempo, instintiva e inconscientemente los destinas a las actividades de tu vida que te dan la evidencia más inmediata de logro, y nuestras carreras profesionales proporcionan esa evidencia inmediata de logro", explicaba. Pero ese viaje de dopamina se nos olvida que termina pronto por la llamada cinta de correr hedónica: nuestro cerebro se acostumbra pronto a esa recompensa que nos hizo felices y siempre quiere más, lo que nos lleva a una insatisfacción a medio y largo plazo.

Existe un remedio para evitar que el éxito nos haga infelices

Raghunathan sostiene que la clave está en dejar de perseguir señales externas de éxito y centrar tu atención en lo que realmente necesitas. Tal y como explica Arthur C. Brooks, el famoso profesor de Harvard experto en felicidad y autor de libros como ‘La madurez inteligente: Cómo alcanzar el éxito, la felicidad y un propósito profundo en la segunda mitad de la vida’, el verdadero bienestar depende de lo que hagamos para conseguir felicidad emocional como afirmaba en el podcast de TheStreet.

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Para alcanzar ese bienestar emocional, y como asegura Raghunathan, es necesario “tomar un poco más de conciencia de lo que se te da bien y de lo que te gusta hacer. Cuando no necesitas compararte con otras personas, gravitas hacia cosas que instintivamente disfrutas hacer y en las que eres bueno, y si te concentras en eso durante el tiempo suficiente, entonces es muy probable que progreses hacia la maestría o dominio de todos modos”. De esta forma, el éxito entendido como la fama, el poder o el dinero vendrá como una consecuencia en lugar de ser algo que persigues directamente al tratar de ser mejor que otras personas.

El escritor Jeff Moore afirmaba en el blog Dumb Little Man que deberíamos pensar más profundamente en lo que entendemos por éxito, pero que deberían dejar de centrarse únicamente en la idea de éxito y apuntar al impacto. Es decir: no nos centramos en la meta sino en el camino. Una idea que ya que vimos al hablar del ikigai, y que se repite una y otra vez cuando hablamos de la felicidad como un objetivo a conseguir. Deja de centrarte en alcanzar la meta y serás mucho más feliz de lo que eres ahora.

Fotos | Anna Fothergill en Unsplash, Mathieu Stern en Unsplash, Alexandra Kirr en Unsplash

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