No importa si eres amante del senderismo, del buen comer, de la cultura, de los deportes de montaña (en especial, el esquí) o si sencillamente te apasiona contemplar la naturaleza más pura: el Valle de Arán puede satisfacer todos tus deseos.
Situado en los Pirineos, este valle es uno de los más espectaculares de nuestro país y cuenta con un sinfín de pueblos con encanto (categoría en la que también destacan otros puntos como Llanes y Mijas).
Además, si vives en Barcelona puedes llegar a él en apenas cuatro horas de coche, mientras que si resides en Zaragoza tienes un viaje un poco más corto. Otra opción es coger un avión hasta el aeropuerto de Girona o Lleida y allí alquilar un coche para el final de la travesía. Aconsejamos disponer de vehículo propio para moverse con tranquilidad por la zona.
La oferta que ofrece es infinita, pero entre todos los pueblos preciosos que esconde este valle, nos quedamos con cinco opciones perfectas para los intrépidos que se dirijan al Valle de Arán por primera vez en su vida. Recuerda esto: todos son pueblos fresquitos para perderse cuando el calor aprieta, como Griegos o Bulnes.
Vielha
Arrancamos con la capital del valle, Vielha. Que no te asuste leer “capital”, es un pequeño pueblo muy tranquilo que alberga restaurantes de montaña con un menú deliciosos, como Era Lucana. Perderse por las calles del centro histórico es un gozo.
En especial, merece una visita la Iglesia de Sant Miquèu, de estilo gótico, y el Passeig dera Llibertat. El paso del el río Nere logra una postal de cuento de hadas. Para las amantes de las compras, la Avenida Castiero es el paraíso para las amantes de los deportes de aventura.
Arties
Arties es un lugar excepcional para las que deseen captar una postal invernal perfecta. La visita a la Ermita de San Jaime de Arties, la Ermita de San Pelegrín de Arties y la Iglesia de Santa María de Arties. es obligada.
Hay un Parador para dormir y restaurantes de altura, como Trebol. Un aviso: durante los meses de más frío suele estar lleno de turistas. Mejor, dejarse caer en otoño o primavera.
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Salardú
El paso de los ríos Garona y Unhola convierte e Salardú en un punto genial para las que deseen practicar deportes de agua. Además, la cercanía de este pueblo a las pistas de esquí de Baqueira Beret hace que sea un lugar perfecto para dormir sin dejarnos un pastizal.
Las que no sean de esquiar y quieran gozar del entorno a pie, pueden optar por la ruta por Pla de Beret y Montgarri. En el pueblo, destaca la Plaza Mayor y la Iglesia de San Andrés de Salardú.
Bossost
Casi tocando Francia llegamos a Bossost. Es habitual ver a franceses comprando en sus tiendas (y ahorrándose una buena cantidad de dinero, las cosas como son).
Lejos del consumismo, el río Garona cruza por este pueblo en el que podremos perdernos por la Iglesia Parroquial de la Asunción de María de estilo románico del siglo XII y podremos realizar la Ruta de las 7 Ermitas Protectoras.
Bagergue
Finalmente, nos detenemos en Bagergue. El pueblo más alto del valle pertenece a la Asociación "Los pueblos más bonitos de España" desde el pasado 2019, así que su belleza no da paso al debate.
Además de contemplar las típicas casas de los Pirineos, brilla la iglesia parroquial de Sant Fèlix y la iglesia de San Feliu. El Restaurant Unhola y El Jardí Dels Pomers son sitios recomendados para comer.
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Fotos | www.visitvaldaran.com