Hay un país de Europa muy desconocido e infravalorado, pero ostenta el título de ser el único estado que jamás ha cambiado de nombre en la historia de la humanidad. Además, es el más antiguo de la Unión Europea, que son palabras mayores. Está escondido entre los Balcanes y queda eclipsado por Croacia, pero alberga Patrimonio de la Humanidad único en el mundo y los expertos viajeros lo adoran.
Bulgaria es el país más antiguo de la Unión Europea, fundada en el año 681 con este mismo nombre. Ojo, no hay que confundirlo con el país más antiguo de Europa, que se trata del diminuto San Marino, creado en el 301 d.C. El origen de Bulgaria es la civilización traciana, un pueblo anterior a los romanos que ocupó zonas de Grecia, Turquía y Bulgaria y es conocida a día de hoy por yacimientos arqueológicos, como la tumba de Kazanlak del siglo IV a.C. o la de Svestari del siglo III a.C., ambas reconocidas por la UNESCO.
Fue invadida por los romanos y formó parte del Imperio Romano, pero en el siglo VII se constituyó el Primer Imperio Bulgaro bajo el mismo nombre que tiene en pleno 2025: Bulgaria. Volvió a ser tomada por los bizantinos, pero en el siglo XII se fundó el Segundo Imperio Búlgaro, manteniendo el mismo nombre y viviendo todo un renacimiento cultural y militar. De poco les sirvió, porque el Imperio Otomano tomó el control durante cinco siglos. Y después la URSS, sumándoles al bloque soviético del siglo XX.
Y, con todo, han mantenido su propia identidad, lengua, religión y tradiciones, resistiendo al paso del tiempo, las invasiones y ocupaciones y todos los cambios políticos. Ahí sigue, siendo Bulgaria desde hace mucho, mucho tiempo. De hecho, en 2007 se sumó a la Unión Europea, reforzando su posición y su cultura.
Con esta historia a sus espaldas nos sorprende muchísimo que Bulgaria siempre pase desapercibida para el turismo. En sus fronteras se esconden numerosos tesoros Patrimonio de la Humanidad, así como maravillas naturales. Un ejemplo de ello es la Iglesia de Boyana del siglo XI con sus frescos medievales, el Monasterio de Rila oculto en las montañas, conocido como el Tesoro de Bulgaria y con esa fachada llena de arcos y pintada con líneas horizontales.
Su capital, Sofía, también es todo un espectáculo para disfrutar un par de días, antes de comenzar a viajar por todo el país. La Catedral de Alejandro Nevski es el edificio más emblemático y corazón de la ciudad, una iglesia ortodoxa del siglo XIX llena de bóvedas que se ha convertido en el símbolo de Bulgaria. Además, Sofía tiene bulevares preciosos, callejuelas encantadoras y lugares tan pintorescos como la Iglesia de San Nicolás, de estilo ruso con cúpulas de oro.
Además, Bulgaria es un paraíso para los amantes de naturaleza. Tiene tres parques nacionales y 11 parques naturales, y dos de ellos están reconocidos por la UNESCO. Son el Parque Nacional Pirin y la Reserva Srebarna, repletos de montañas, lagos y bosques para perderse, encontrarse y desconectar a otro nivel. Por no hablar de los paisajes de la costa del Mar Negro y sus encantadores pueblos. En Bulgaria está todo y casi nadie lo sabe.
Fotos | Visit Bulgaria, UNESCO, @bulgariatravelorg, Turismo Bulgaria, Wikipedia Commons.
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