A la hora de viajar por España, siempre he sido más de pueblos pintorescos que de ciudades cosmopolitas. Hay algo en la sensación de descubrir un rincón más auténtico y menos conocido que me encanta, especialmente si es cerquita del mar. Por eso conozco tantos pueblos marineros bonitos, como este que os traigo hoy. Está en Asturias y es la villa de pescadores perfecta.
Se trata de Castropol, uno de los pueblos pesqueros más remotos y auténticos del norte de España. Este pequeño paraíso marinero está ubicado en un saliente de la ría del Eo y parece que está asomado al mar, rodeado del verdor asturiano y con todo su encanto medieval intacto. Todavía no está lleno de turistas, así que invita a la desconexión.
La razón que me llevó hasta Castropol era ver su playa de Penarronda, que no paraba de salirme en Instagram y parecía preciosa. En directo es aún mejor, un monumento natural con forma de concha rodeada de colinas verdes. Toda la playa está salpicada de rocas que le dan un aspecto muy salvaje. En invierno está vacía y pasear entre las piedras es una experiencia preciosa.
Lo mejor estaba por llegar, porque perderse en el casco antiguo de Castropol es viajar al pasado. El pueblo tiene origen castrense, probado por las tres fortificaciones del castro de la Punta del Corno. Sin embargo, su esplendor actual llegó en la Edad Media y quedan algunas muestras de ello. Especialmente en sus palacios y casonas, con algunas, como la Casa del Párroco, que datan del siglo XV.
La iglesia de Santiago Apóstol, de estilo barroco del siglo XVIII, es otra joya imprescindible de cualquier escapada a Castropol. Y de ahí, directa al parque de Vicente Loriente, con una magnificencia que te hace olvidar que estás en una villa marinera, porque es tan monumental que casi parece París.
Por supuesto, ninguna visita a un pueblo de pescadores está completa sin ver el puerto. En Castropol está el puerto de Figueras, hoy convertido en puerto deportivo y repleto de barcos modernos, que siguen manteniendo el ADN marinero del pueblo muy vivo.
Para terminar, te recomiendo mucho ir al mirador de La Mirandilla. No salía en las guías turísticas del pueblo, pero un camarero local me lo descubrió y es una pasada. Hay que subir bastante, pero desde allí arriba tienes una vista espectacular de toda la ría y del pueblo, con un atardecer de película. Además, si la marea está baja, se ve todo el arenal del Tesón y es una preciosidad. El final feliz perfecto para una escapada a Castropol de diez.
Fotos | Cultura y Turismo de Castropol, Ayuntamiento de Castropol, Guía Turismo Asturias, Pueblos Mágicos de España, Turismo Asturias.
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