El lugar místico y fascinante de Canarias que poca gente conoce y al que no llegan los turistas

Antes de que los españoles llegaran a las Islas Canarias, ya estaban habitadas por distintas poblaciones, conocidas popularmente como guanches. De ellas todavía quedan vestigios en el archipiélago. Aunque, en la actualidad, los turistas lleguen en busca de sol, playa, fiesta y descanso casi exclusivamente, explorarlos es un plan fascinante y enriquecedor. Y, para ello, nuestro favorito es Roque de Malpaso, en el municipio tinerfeño de Arona.

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Ubicado en el Valle de San Lorenzo, al sur de la isla de Tenerife y en las proximidades de la carretera TF-6222 que va desde Guaza al Valle de San Lorenzo, este yacimiento había pasado completamente desapercibido entre la variedad de los que albergan las Canarias, hasta que un fotógrafo se dio cuenta de algo por pura casualidad.

Fue en 2018, cuando Tadek Ode, buscando sacar unas fotos en el lugar, se percató de la existencia de un grabado al que nadie le había dado importancia. Se trataba de una cruz sobre la que los rayos del sol caían directamente cuando el sol llegó a las rocas. Este hecho cobraba una especial importancia debido a que las fotos se estaban realizando al amanecer en el solsticio de invierno.

Así fue como se descubrió este reloj solar o marcador solsticial que ayudó a los antiguos pobladores de la isla a determinar la llegada de las estaciones y poder maximizar sus cosechas. No obstante, los más fascinante de este en concreto es que la coincidencia de los rayos del sol con el grabado es exacta.  Además, los experto también lo consideran un hallazgo que constata la relación de la cultura guanche con el cosmos. No es de extrañar que este conjunto arqueológico haya sido declarado Bien de Interés Cultural.

En el mismo lugar también se encuentra un litófono (es decir, piedras que suenan siguiendo una escala musical) y grabados rupestres relacionados con la muerte. Tanto el litófono como el reloj coinciden en el mismo, aunque los grabados rupestres están esparcidos por una superficie arqueológica de 38.500 metros cuadrados. Todo esto hace de Roque de Malpaso un lugar excepcional, único en el Archipiélago e incluso puede que único en el mundo entero.

Foto de portada | Joshua Humpfer

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