Viajes National Geographic acaba de actualizar su lista de los 100 pueblos más bonitos de España y Santillana del Mar, en Cantabria, se ha llevado uno de los puestos, algo lógico teniendo en cuenta lo bien conservada que está esta villa medieval y que además cuenta en su territorio con uno de los hallazgos históricos más importantes de nuestro país: la cueva de Altamira.
Así es Santillana del Mar, la villa de las tres mentiras
Así se refieren a ella en la zona, ya que no es santa, ni llana, ni tiene mar. ¿No es mala carta de presentación, verdad? ¡Da hasta juego! Sin embargo, si hay algo que es verdad es la belleza que destilan sus calles y su entorno. Y de hecho, Santillana está reconocida como Conjunto Histórico-Artístico desde 1943, lo que no nos extraña teniendo en cuenta que ya hace tiempo la incluimos en nuestra propia lista de los pueblos más bonitos de España. De acuerdo a la página web del ayuntamiento local, desde la Edad Media, este pueblo ha sido uno de los núcleos más importantes de Cantabria.
Para disfrutar y empaparte bien de la esencia de este destino, desde la web santillanadelmarturismo.com proponen dos rutas, una medieval y otra renacentista y barroca.
Sin embargo, al margen de eso nosotras te recomendamos hacer las siguientes paradas en tu visita sí o sí:
- Colegiata de Santa Juliana. De acuerdo a la página de turismo de Cantabria, ya en el siglo IX existía el Monasterio de Santa Juliana, que fue construido por unos monjes con la idea de venerar las reliquias de la santa, según especifican en el sitio Santillana del Mar Turismo. Esta edificación fue la antecesora de la colegiata, que tomaría forma en el siglo XII y se trata del primer exponente, y más importante, del arte románico en la comunidad autónoma. Esto rajo riquezas a la zona, lo que se tradujo en la construcción de las numerosas casonas y palacios del pueblo.
- Por otra parte, se hace imprescindible también contemplar las torres de Merino y don Borja, dos construcciones civiles que admirar a medida que paseas por Santillana, porque en realidad gran parte de la magia y belleza de este rincón de Cantabria reside en su totalidad: desde las casas señoriales hasta los pequeños talleres de sus calles empedradas y las viviendas más modestas, muchas de ellas engalanas con geranios rojos en sus balcones que contrastan con los colores neutros de la cal, la madera y la piedra de sus muros.
Altamira, un tesoro nacional que estuvo oculto durante siglos
Tal y como mencionan en la web de Turismo de Cantabria, la Cueva de Altamira está calificada como la Capilla Sixtina del arte rupestre, ya que en ella se encuentran las que puede que sean las muestras de arte rupestre más conocidas a nivel mundial.
A pesar de tener una antigüedad de 14.000 años, fue en 1868 cuando el tejero Modesto Cubillas la descubrió y a través de él llegó la noticia a Marcelino Sanz de Sautuola, que fue el gran impulso del hallazgo y lo que hizo que en 1879 encontrasen la zona más conocida de la cueva, la Sala de los Polícromos, donde se aprecian pinturas de bisontes, caballos, ciervos, signos y manos, una imagen más que notable y que todos tenemos presentes.
La relevancia de este descubrimiento es tal, por las condiciones de conservación y toda la información que aportó sobre su contexto, que la UNESCO inscribió la Cueva de Altamira en su Lista de Patrimonio Mundial en 1985.
Debido a la sobreexplotación turística que sufrió la cueva durante años, en la actualidad, para mantenerla de la mejor forma posible, se encuentra cerrada al público, pero es posible visitar su museo, donde se encuentra lo que se conoce la neocueva, una reproducción tridimensional del espacio original realizado con absoluto rigor científico y tecnológico. Además, hay una exposición permanente en la que se pueden observar más de 400 piezas arqueológicas.
Fotos | José Miguel Sánchez para iStock, Carlos Sánchez para iStock, Rudolf Ernst para iStock y Besides the obvious para iStock
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