Este verano somos muchos los que hemos decidido pasar de la costa y refrescarnos visitando las piscinas naturales tan impresionantes que se esconden por España. Además, los destinos de interior son ideales para escapadas de un día o de fin de semana y, sobre todo, la mejor opción para personas que buscan huir de masificaciones pero no quieren renunciar a darse un baño. En esta línea, a todas esas personas a las que Valencia les pille cerca, no deberían dejar pasar la oportunidad de acercarse al Charco Azul, un remanso natural del río Turia con embarcadero.
En el municipio de valenciano de Chulilla, ubicado entre montañas rocosas y famoso por sus bonitas casas blancas adornadas con flores, se esconde un auténtico regalo de la naturaleza en forma de espectacular piscina natural de aguas turquesa en la que darse un baño y pasar el día cuando el calor aprieta.
Situado en el inicio del cañón del Turia, escasamente a kilómetro y medio del pueblo, es donde podemos encontrar esta playa de interior. Eso sí, aunque el baño está permitido, es obligatorio que los bañistas se encuentren a más de 200 metros de la presa durante el baño. Que, por cierto, resulta interesante saber que fueron los árabes que habitaron en la zona los primeros en construir una presa que conducía las aguas.
No obstante, además de las vistas, uno de los principales atractivos que ofrece esta piscina es una pasarela de madera que se adentra en el agua y que grita Pinterest e Instagram. Además, llegar hasta aquí es toda una aventura porque, para acceder al Charco azul hay que realizar una pequeña ruta de senderismo de dificultad baja y de una duración aproximada de una hora.
El punto de partida de la ruta se sitúa en la plaza de la Baronía de la localidad de Chulilla. Desde allí, hay que seguir las indicaciones por el sendero L-CV 74 hacia el Charco Azul. Pero, básicamente, la ruta lleva a los visitantes bordeando el río y por el mismo cañón, hasta llegar al bello paraje.
En el lugar también es interesante observar el comienzo de las instalaciones de aprovechamiento hidráulico que forma verdaderas proezas técnicas, como es la existencia de saltos de agua en el interior del cañón y el comienzo de una conducción de agua que cruza por debajo de la población y que lleva el agua hasta una central de luz, la cual se sitúa a 4 kilómetros de Chulilla.
Además, puesto que es necesario pasar por el pueblo para salir hacia el Charco azul no está de más darse un paseo por la localidad y visitar su castillo, situado en la parte más alta del pueblo. Se trata de una construcción del siglo XVI que está declarado Monumento Histórico Artístico.
Foto de portada | Diego Delso
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