Gisele Bündchen, la modelo fetiche de Dolce & Gabbana, abrió el desfile para la próxima temporada Otoño/Invierno 2007/08 que la firma italiana presentó, ayer en Milán, envuelta por la polémica del anuncio que, finalmente, han retirado.
Una propuesta fantástica en la que no ha faltado el estampado sello de la marca: el leopardo. Sin embargo, el protagonista ha sido el negro. Negro en tul, en charol, en seda y en vinilo para representar un cuento que mezclaba futurismo y tradición, y que transmitía, sobre todo, sensualidad.
La puesta en escena, como viene siendo habitual en esta pareja italiana, fue todo un espectáculo. Un juego erótico, con máscaras y fustas, protagonizado por Ladies , a lo Eyes Wide Shut, que se paseaban, duras y orgullosas, con grandes bolsos y zapatos de tacones de aguja.
Cabe una mención especial a los cinturones que componían la colección. A medio camino entre las correas y los corsés, prácticamente todos los modelos los llevaban aferrados a la cintura.
En definitiva, una colección brillante, mágica y de lo más sexy para una mujer sin complejos.
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