Ayer por la noche se celebraban en Las Vegas los Academy of Country Music Awards 2009, una especie de Grammy de la múcica tradicional americana: el country, que auque no nos sea demasiado familiary nos suene al Texas profundo, es uno de los géneros más extendidos en los Estados Unidos.
Además es que unos premios son siempre unos premios, y siempre hay algo que rescatar de una alfombra roja, en este caso, empezamos por Taylor Swift, una joven que está en el número uno de la lista de ventas en su país natal desde hace semanas, y que podría considerarse la principal rival musical de otro de los fenómenos adolescentes made in USA, Miley Cyrus.
La rubia menuda elegía para la ocasión un bonito vestido rojo firmado por el diseñador Angel Sanchez, que aunque bastante ceremonioso, le echaba años innecesarios encima, resultaba mucho más elegante de lo esperado.
Miley Cyrus, prefería a Monique Lhuillier, y escogía un vestido asimétrico embellecido en le escote con incrustaciones de piedras.
Nicole Kidman ejercía de flamante acompañante de su marido enfundada en un L’Wren Scott otoño-invierno 2009 hecho de mujer altísima y espigada para similar. Sigue estando muy delgada y su aspecto es tan frágil y delicado como siempre, pero estaba radiante.
Carrie Underwood, ganadora de American Idol en su día, y otra de las fuertes en este género, se decantaba por el blanco con este diseño vaporoso y semi-drapeado.
De blanco iba también Jennifer Love-Hewitt, más delgada que de costumbre, y correctamente guapa.
Aunque para espectacular en blanco la chica Victoria Secret, Marisa Miller, de Dolce & Gabbana con uno de esos ya manidos vestidos corsé que le hemos visto a infinidad de famosas empezando por Penelópe Cruz en el estreno de Vicky Critina Barcelona, en Barcelona, o más recientemente, en la portada de Vanity Fair.
Y Camilla Alves, de corto, y luciendo tez morena y pierna extra-larga, que posaba junto a un Matthew McConaughey que parecía salido del rancho de Bush…
Fotos | just jared, faded youth
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