Anabel Palomares
EditorEn el año 2000, Marc Randolph y Reed Hastings pasaban por uno de sus peores momentos. La empresa en la que habían invertido absolutamente todo estaba a punto de naufragar. Ahora, 25 años más tarde, Netflix tiene 300 millones de suscriptores y en 2024 ganó más de 8.700 millones de dólares, y según uno de sus co-fundadores el secreto no ha sido el trabajo duro. Para Randolph, “los directores ejecutivos y empresarios exitosos salen adelante porque tienen una sola habilidad: la capacidad de priorizar qué problemas necesitan soluciones primero”, como explicaba en un episodio del podcast de Steven Bartlett.
El trabajo duro para alcanzar el éxito es un mito
No es la primera vez que escuchamos esto. Se le conoce como “el mito de Hércules” y lo describe Michael E. Gerber en su libro ‘El mito del emprendedor’. Esta creencia de que trabajar sin descanso y ser un experto en tu campo es suficiente para garantizar el éxito de un negocio, es uno de los mayores mitos sobre el trabajo que aún tenemos encima. Marc Randolph aseguraba en el podcast nombrado antes que creer que el trabajo duro es lo que te lleva al éxito es un mito. “Si puedo ser realmente inteligente al elegir los problemas en los que me concentro, eso marcará la diferencia. No tengo que hacerlo todo bien, porque la mayoría de las cosas no marcan la diferencia. Algunas sí”, explicaba. Es decir, la capacidad para priorizar los problemas y dedicar todo el esfuerzo en solucionarlos es la habilidad que, según Randolph, ha sido clave en el éxito de su empresa.
El perfeccionismo que mostraba Randolph al principio, que como cuenta en el podcast solía “discutir sobre cada palabra del texto” y cada fotografía, desesperado por asegurarse de “que todo fuera perfecto antes de que un cliente lo viera”, fue lo que le llevó a ese punto en el que casi pierden la empresa, como explica en el libro ‘Eso nunca funcionará: El nacimiento de Netflix y el poder de las grandes ideas’.
Randolph no es la única persona que piensa que el trabajo duro a veces está sobrevalorado. Brianna Doe, profesional de marketing explicaba en la CNBC que solía llegar temprano a la oficina y trabajar más horas “para demostrar que tengo el empuje y la motivación, y que quiero crecer dentro de la empresa”. Ahora cree que esa perspectiva está anticuada, “sobre todo ahora que hemos entrado en esta nueva era de establecer límites y priorizar la salud mental”.
Stacie Haller, asesora profesional principal de ResumeBuilder con más de 30 años de experiencia en contratación, añade en el mismo medio que “hay muchas otras formas de utilizar tu tiempo para demostrar que estás entusiasmado con tu trabajo y que quieres crecer”, y no pasan por quedarte horas y horas en la oficina, sino por construir mejores relaciones laborales “que puedan beneficiarlos en el futuro”.
Pensemos en la generación millennial a la que le vendieron que con esfuerzo podrían triunfar, que solo había que trabajar un poco, llegar el primero e irse el último. La productividad se pensaba que era hacer más y más horas cuando en realidad somos más productivos cuando trabajamos menos. “A veces tendrás que correr y trabajar muchas horas, especialmente al principio de tu carrera o si estás iniciando tu propia empresa. Pero lo ideal es avanzar lo suficiente... para tener un respiro”, aseguraba Randolph, porque con el tiempo ese sprint constante comenzará a pasarnos factura.
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Fotos | Gage Skidmore en Flickr, Venti Views en Unsplash
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