Convertir la poesía en algo real, tangible, algo que podíamos casi tocar. Marcel Broodthaers nunca fue como los demás y las trescientas obras que expone el Museo de Reina Sofía desde este mismo mes de octubre son una clara muestra de cómo consiguió romper con la tradición clásica de este género y desafiar los enfoques tradicionales.
Para los que buscan desafiar el papel del artista clásico y admiran el arte nada convencional.
Marcel Broodthaers no fue ni poeta, ni fotógrafo, ni artista visual o teórico del arte... sino quizá todas esas cosas a la vez y siempre desde su mirada crítica. Un artista cercano a Mallarmé y Magritte, pero imposible de clasificar en algún movimiento conocido.
Y es que es difícil catalogar tanto su trabajo como al artista que se escondía detrás de él. Un hombre que comenzó a escribir poesía a los cuarenta años (hasta 1964, además trabajaba de articulista y fotógrafo y vendía ejemplares raros de libros), para pasarse a romper con la tradición y comenzar con el arte visual, replanteándose todo y siempre con una actitud extremadamente crítica. Su primera exposición supuso una crítica hacia los movimientos contemporáneos y en ella, insertó en yeso su poemario, Pense-Bête (Recordatorio, 1964).
Para comprender mejor su trabajo, el Museo Reina Sofía ha seleccionado unas trescientas obras representativas, con textos explicativos de los propios comisarios de la exposición, Jean-François Chevrier, Thierry de Duve y Benjamin H. D. Buchloh, y con la colaboración del Museum of Modern Art de Nueva York (MOMA).
Podéis consultar más información en la web oficial de la exposición.
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Fotos| Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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