Todos volvemos de vacaciones con la sensación de querer empezar un nuevo ciclo de la mejor manera posible y muchas veces eso incluye nuestro aspecto físico. Por eso es temporada alta en las peluquerías, y los tratamientos que prometen dejarnos un cabello nuevo, sin rastro de los estragos que causan el verano están a la orden del día. Uno de ellos es el famoso alisado con queratina, un tratamiento que ofrece unos resultados de ensueño ya que el pelo aparace reparado, brillante como por arte de magia.. sin embargo es necesario informarse bien antes de probarlo porque no es oro todo lo que reluce.
¿El tratamiento con queratina se hace solo con ese ingrediente?
No. Lo primero que hay que tener en cuenta es que este tratamiento no se hace solo con queratina (de lo contrario sería imposible que el pelo sufriese semejante transformación). De hecho antes se hacía con concentraciones muy altas de formaldehído, característica que lo hacía peligroso tanto para quien lo aplicaba como para quien se lo hacía, y aunque en teoría eso ha cambiado, es posible que en algunos sitios se siga realizando con ese químico (sobre todo fuera de Europa, ya que aquí se ha prohibido el uso de esa sustancia).
¿Es posible que este tratamiento queme el pelo?
En realidad sí. El tratamiento de queratina incluye una especie de "sellado con calor", que se realiza con una plancha que puede alcanzar una temperatura altísima, así que es vital conocer bien tanto el protocolo como el cabello que se está tratando para no cometer errores y provocar que el remedio sea peor que la enfermedad.
¿Es posible que el pelo no quede completamente liso?
Por supuesto, ya que este tratamiento lo que busca principalmente es reparar las fibras y reducir el encresamiento. Se supone que cuanto más poroso sea, más liso quedará, así que existe la posibilidad que el resultado no sea un 'liso tabla'.
Un pelo tratado con queratina necesita cuidados especiales
Los enemigos de la queratina son los sulfatos y la sal. Por eso para mantener el resultado por más tiempo, es necesario evitar el mar, las piscinas y apostar por champús sin sulfatos. Puedes utilizar la plancha y las tenacillas, aunque lo más recomendable es hacerlo de forma esporádica para no estropear las puntas.
¿Te has decidido?: busca un buen profesional
Si has leído hasta aquí te habrás podido dar cuenta que este tratamiento no es la simple aplicación de una mascarilla: es un protocolo que necesita un buen diagnóstico previo, la utilización de productos de buena calidad y sobre todo, la experiencia de un buen profesional. Si definitivamente la queratina es la opción que quieres probar, ahórrate disgustos y elige un sitio en el que sean experrtos y te puedan garantizar el mejor resultado.
¿Alguna de vosotras lo ha probado?... ¡nos encantaría leer vuestras experiencias!
Imagen | Kayture
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