He oído innumerables veces esta frase: “A mi piel no le va bien esta marca”. Y muchas veces es cierto, cada piel tiene sus caprichos y lo que a mí me va de maravilla a mi vecina le da malos resultados. Pero no siempre se trata de la marca en sí sino de utilizar el tratamiento facial incorrecto.
Un caso clarísimo es la persona con piel mixta-grasa y deshidratada. Todavía son muchas las mujeres que no saben distinguir la piel seca de la deshidratada. Siguen pidiendo a la dependienta una crema para piel seca: nunca van a conseguir un buen resultado, no importa la marca que elijan.
La piel es un órgano en constante evolución, las necesidades van cambiando por diversos factores y no podemos estancarnos al elegir el cosmético adecuado. Si pruebas un producto, dos y hasta tres distintos de una misma marca y no te gustan, es normal que afirmes que la marca no te conviene.
En cambio afirmar que una marca no te conviene porque esa crema no te ha ido bien, es posible que el problema esté en la elección correcta del cosmético, no en la marca. Es lo que ocurre con esa persona que afirma que su piel es difícil, que no encuentra un facial que le vaya bien. El facial, ¿es el que necesita tu piel?
Otro ejemplo es la persona con piel grasa que no conoce la existencia del seborregulador. Pide siempre una hidratante normal cuando tendría que escoger entre fluídos y cremas-gel oil-free. De ese modo no le saldrían todos esos granitos de los que se queja. Una vez más, el problema no es la marca sino la elección adecuada del tratamiento facial.
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