A medida que se acerca el verano, todos nos preguntamos cómo podríamos hacer este año para broncearnos bien, sin quemarnos, y obtener un color de piel precioso que nos dure incluso cuando ya nos hayamos vuelto a reincorporar al trabajo. Para rentabilizar lo mejor posible las semanitas que nos podamos coger para tumbarnos al sol de todos los veranos, lo mejor es que vayamos preparando nuestra piel con exfoliaciones regulares y cuidando nuestra alimentación.
Os recuerdo que algunos alimentos pueden ayudarnos a obtener un bronceado dorado y duradero. Como ya os hemos explicado muchas veces, todos disponemos de un capital de sol, determinado genéticamente, que se corresponde con la cantidad total de rayos UV que nuestra piel puede recibir sin estropearse. Cuanto más nos exponemos al sol, más disminuye este capital.
Una mala hidratación, una mala alimentación o la aplicación de ciertos productos cosméticos pueden provocar una cierta sensibilidad al sol. Cambiar un poco nuestra alimentación nos ayudará a combatir la aparición de manchas, al tiempo que preparan nuestra piel y la estimulan para broncearse mejor.
Alimentos que debemos empezar a consumir
Zanahorias y todos los alimentos de color naranja El melón, los melocotones, el mango, la papaya… representan excelentes fuentes de betacarotenos y provitaminas A que el organismo utiliza para fabricar la Vitamina A, esencial si queremos presumir de una piel canela. La provitamina A ayudará a nuestra piel a combatir los rayos de sol y sus potenciales quemaduras.
Si nos acostumbramos a beber un zumo de zanahorias, todas las mañanas, durante por lo menos un mes, veremos como nuestra piel va cogiendo colorcito sin necesidad de tumbarnos a tomar el sol, sólo con el que nos va dando cuando caminamos o paseamos. Los expertos en nutricosmética aconsejan consumir las zanahorias crudas porque así conservan todas sus propiedades.
Aceite de oliva Rico en Vitamina E, se trata de un potente antioxidante que aporta una protección completa a la piel. Consumirlo con moderación, pero a diario, nos ayudará a preparar nuestra piel a combatir los rayos UV, y también la protegerá de la sequedad provocada por el sol, y de los radicales libres que, como bien sabéis, son los responsables del envejecimiento prematuro.
La yema de huevo Rica en Vitamina A, otra vitamina antioxidante que permite acelerar la formación de melanina, la yema de huevo resulta indispensable para combatir el envejecimiento prematuro de la piel, y también reduce los riesgos de contraer cáncer de piel. Sin embargo, conviene no abusar de ella pues tiene mucho colesterol.
El agua Para que nuestra piel esté bien hidratada, luminosa y pueda lucir un bonito bronceado hay que beber mucha agua para compensar la deshidratación producida por la exposición a los rayos solares. Además, si nos hidratamos bien, conservaremos nuestro bronceado durante más tiempo.
El tomate El tomate es un poderoso antioxidante que protege la piel de los rayos UV. Los carotinoides presentes en las frutas o verduras de color naranja o rojo aumentan el aporte de antioxidantes en la piel. Estas sustancias son las que combaten los radicales libres que surgen después de una exposición prolongada a los rayos del sol.
Antes de la primera exposición solar, durante 10 días, también podéis ingerir complementos alimentarios en pastillas. Estas pildoritas de la belleza han demostrado ser auténticos tesoros para nuestra piel. El tratamiento ideal sería comenzar a tomarlas 10 días antes de las vacaciones, 10 días durante el tiempo que nos expongamos al sol, y prolongar el tratamiento 15 días más para mantener nuestro bronceado y luminosidad.
Fotos | Kahuku, Amada44, Monica Anghiari, Stephen Ausmus, Scott Bauer, RogerMcLassus
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