Byredo, el perfume misterioso, que llevaban los que no querían oler como huelen todos, ya es un secreto a voces... y expande su universo. Aromas originales, muy nuevos, fijación extraordinaria y calidad extrema son las señas de identidad de Byredo. La firma de perfumes de nicho lanza Slow Dance, un nuevo aroma que quiere oler a nostalgia. Pero también nos muestra que quiere llegar más lejos: con sus nuevos bolsos, Byredo quiere tentarnos.
Cuándo se habla de perfumes de nicho, una de las primeras marcas que se mencionan, si no la primera, es Byredo. Su fundador, Ben Gorham, reinventó el perfume de nicho aportando modernidad a un mundo hermético y clásico. Aunque la firma, tiene poco más de diez años (2006), ya es una marca que cualquier amante de los aromas desea tener en su tocador. Por eso, en 2013 un fondo de inversión (propietario también de Dyptique), compró su participación mayoritaria, impulsando su crecimiento y dando alas a una marca que ya volaba sola.
Su emblemático frasco de perfume que siempre es igual (cristal con etiqueta blanca y tapón negro semicircular), es ya un objeto de deseo. También hay velas, cremas de cuerpo y aceites (que son de una riqueza e intensidad maravillosa) que han formado hasta ahora el catálogo de Byredo que nos han conquistado a todos (y digo a todos porque son unisex y en eso también fue muy pionero Gorham). Una vez hueles un perfume Byredo, sientes que es diferente a lo que conocías. Y si te lo pones, la fijación y la intensidad, te acompañan. Y ya quieres más. Pero no siempre es fácil. Sus precios son altos y no estaban en cualquier tienda: su distribución era en tiendas especializadas, ahora ya llegan a grandes almacenes de alto nivel y se encuentran en la web.
Más difícil va a ser encontrar sus nuevos productos de lujo. Bolsos de piel de calidad extraordinaria y fabricados en Italia, y pañuelos de cashemire espectaculares solo aptos para gente que se mueva por el mundo porque hay muy pocos puntos de venta: las Flagship Byredo. De momento en España, ninguna. Los precios de los bolsos comienzan en 1.600 euros y hay ediciones especiales para la Fashion Week o con materiales de lujo por más de 3.000 euros. Su fulard de cashemire, cuesta 500 euros. Así que tampoco suframos (que nuestra tarjeta se derrite solo de verlos).
Tal vez con esto que os contamos, penséis que ha llegado momento de descubrir sus olores (mucho más asequibles). Slow Dance es una buena excusa para acercarse a una tienda en busca de estos aromas irresistibles. Slow Dance quiere se el aroma de la nostalgia. El nombre del perfume hace referencia a los bailes de instituto, a las primeras fiestas y salidas de esa edad que es la adolescencia: con sus miedos y su felicidad... Tiene un toque ambarado y de cuero que hace pensar en lo antiguo. Pero a eso le suma geranio, vainilla y violeta y se convierte en un totum revolutum que funciona perfectamente y te hace aspirar muy profundamente y cerrar los ojos. Su nota de salida es el opoponax, que es la más oriental y misteriosa. En el corazón, geranio, aceite de lándano y violeta. De salida, nos encontramos con la dulzura de la vainilla y la fuerza del pachuli.
Con su lanzamiento sale también una edición limitada de crema de manos y mist de cabello. ¿Y los precios? El perfume de 100 ml: 180 euros. La crema de manos, 32. Y el perfume de cabello, 52 euros. Es cierto que es tan intenso que un frasco de perfume te puede durar facilmente un año usándolo prácticamente a diario. Y bueno... que llevarás un perfume que nadie nunca antes había imaginado.