Entre procesión y procesión, sabes que te van a doler los pies. O lo mismo te marchas unos días a hacer turismo, y también pasarás muchas horas de pie. Y sino, siempre pensarás que ahora que tu ciudad se queda medio vacía (igual tienes suerte), vas a ir a ver esa exposición que estabas posponiendo.
Pues desde Arrebatadora, y para los afortunados que vayan a machacar sus pies estos días, un consejo: cuida tus pies. ¿Cómo? Haciendo equilibrio, andando descalza, con un pequeño rodillo, con un baño, con calcetines de lana…
Vamos a ver cómo. Haciendo equilibrio es muy fácil, en cualquier lugar tranquilo puedes hacerlo. Descálzate, sitúate de pie con los pies separados y las rodillas relajadas. Si te ves capaz de mantener el equilibrio, cierra los ojos; y sino, fija la vista en un punto lejano a la altura de la mirada.
Intenta sentir cómo las diferentes partes cansadas del pie soportan más peso: el talón, la base delantera, el dedo gordo, un lateral… como seguro te dolerá un pie más que otro, intenta compensar el peso e igualar la presión de ambos. Aprieta el suelo, haz fuerza con los dedos, con el talón, con los laterales… poco a poco te irán dejando de doler, y te relajarás.
Pies descalzos
Andando descalzos también se relajan los pies. Aunque cada vez que pienso en andar por una habitación así me viene a la mente Jungla de Cristal… Al andar despacio por la habitación donde estemos, haciendo el movimiento muy despacio, se irá estirando y tras cada presión, se relajará. Además, si estás en su suelo frío, perfecto; y si es sobre una alfombra mullida, también es muy bueno.
En cada mercadillo de cada ciudad siempre aparecen rodillos de madera para el cuello, los pies, la espalda… Bueno, pues si tenemos uno de esos, lo llevamos en nuestra maleta, y lo sacamos al final de la jornada. Con el rodillo masajeando nuestro pie, ayudará a que se reactive, se relaje y cogerás fuerzas para la siguiente salida.
Calcetines
Los calcetines de lana son fundamentales. No sé como se las apaña el tiempo, pero a no ser que te vayas a un sitio muy cálido y te pongas las sandalias, vas a pasar frío. Bien, ya sea haciendo cola en la Torre Eiffel (que está de cumpleaños), o en una procesión en Granada, abrígate con calcetines de lana que aislan mucho más y mantendrán tus pies más cálidos.
Además, siempre te quedará el clásico baño relajante con agua fría y caliente para reactivar la circulación tras una larga jornada en la calle, ya sea haciendo malabarismos en el lavabo, en un bidé o en la bañera si tienes más tiempo. Ya me contarás qué tal tus pies de pasión...
Imágenes | Loreto Cantero
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