Probablemente ya hayáis oído hablar del cepillado en seco corporal, una técnica de exfoliación que permite eliminar las pieles muertas y todas las impurezas que se encuentran sobre la superficie de la dermis. Todos hemos visto alguna vez esos cepillos de baño de mango largo con suaves cerdas de jabalí en sus extremos para la ducha y el masaje. Los hay de muchas formas: redondos, cuadrados, ovalados.
La piel es una importante vía de eliminación de las toxinas de nuestro cuerpo, ya que es capaz de evacuar un tercio de los desechos de nuestro organismo a través del sudor o del sebo. El cepillado en seco corporal abre los poros estimulando esta excreción de toxinas, activa la microcirculación sanguínea y el drenaje linfático. Los circuitos energéticos de los meridianos también se ven reavivados de donde deriva la sensación de dinamismo que se siente después de habernos frotado bien todo el cuerpo.
El plus añadido es que al exfoliar regularmente nuestra piel la preparamos para que se muestre más receptiva a los tratamientos y cremas que al ser absorbidos con mayor facilidad se mostrarán también más eficaces. Esta técnica también contribuye a mantener a raya la piel de naranja.
Este método de exfoliación debe realizarse una vez por semana (no se puede realizar todos los días porque la piel se sentiría agredida y tendería a fragilizarse). Para poder cepillarnos en seco todo el cuerpo nos hará falta un cepillo de ducha de cerdas de jabalí. Lo ideal es comenzar por los pies frotando bien las uñas, los dedos y la planta del piel. Luego se va subiendo por las piernas de forma enérgica pero suave sin apoyar demasiado sobre la piel.
Hay que procurar evitar las zonas delicadas como la parte interna del muslo ya que podríamos irritarlas. Luego hay que subir hacia las nalgas realizando movimientos como si quisiésemos echar hacia el exterior las toxinas que hubiéramos ido recogiendo. A continuación, le toca el turno a la zona de la tripa que deberemos cepillar en el sentido de las agujas de un reloj, luego estimularemos la parte baja de los hombros rastrillando hacia los glúteos. Es mejor no frotar en la zona del pecho porque irritaríamos la zona.
En lo relacionado con los brazos hay que comenzar por el extremo de los dedos y y subir hacia las axilas, cepillando suavemente los antebrazos y brazos cerca de las axilas y terminar allí la operación evacuando todo lo acumulado. Finalmente, acabaremos la operación cepillándonos la nuca y los hombros. Esto también contribuirá a relajar la zona. Después, ya podemos pasar a la ducha para aclarar y terminar de eliminar las células muertas que hayan quedado. Al salir no olvidéis aplicaros una buena crema hidratante.
Limpiad bien el cepillo y procurad que se seque bien hasta la próxima vez que vayáis a utilizarlo. Este tratamiento semanal estimulará vuestro sistema linfático, eliminará las células muertas haciendo que vuestra piel esté más suave y brillante, os ayudará con el tono muscular y la celulitis y hará que os sintáis de maravilla. ¿Quién se anima?
Fotos | Wikipedia
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