Cuando a principios de octubre Charlie nos presentó la colección de Guerlain para la Navidad 2013 de la mano de Natalia Vodianova, reconozco que me encapriché de la barra de labios color rosa fucsia y del esmalte de uñas de un extraño color orquídea púrpura tirando a negro.
El otro día, cuando estuve en Sephora, pasé por delante del stand de Guerlain y la volví a ver, protegida por su elegante envase lacado en negro, que contrastaba muchísimo con un llamativo botón fucsia, a tono con el color de la barra de labios, a modo de decoración.
Atraída como por un imán, me fui acercando al stand, y pregunté a la señorita que estaba atendiendo si podía verla de cerca. Lo primero que me sorprendió fue su peso, al tirar para abrir el envase, me quedé con la base de la que salía una preciosa barra de labios, más finita de lo habitual, pero de un maravilloso tono fucsia y, en la otra mano, lo que parecía un cocoon futurista, de líneas puras y ergonómicas que, de repente abrió de par en par lo que parecía una compuerta que ocultaba un espejo.
¡La bomba! Me pareció de un chic fou, que dirían nuestros vecinos los franceses. El precio, carete, para que nos vamos a engañar (49,90 euros), pero podría ser una buenísima opción para el árbol de Navidad, o para dejar junto a la servilleta en Nochebuena. El típico capricho que a todo el mundo haría una ilusión loca.
A su lado, vi todos los apichusques para la manicura, y el famoso esmalte con el tono estrella de este año, un púrpura oscuro, tirando a negro sin ser negro, gracias a lo que parecía una hábil mezcla de colores para obtener un tono especialmente profundo con partículas nacaradas y reflejos violetas. Si encima aplicamos este top coat también violeta, bajo la luz de las discotecas las uñas adquieren un brillo fluorescente. ¡Perfecto para hipnotizar todas las miradas durante la fiesta de Fin de Año! Precio: 24 euros.
Este año estoy decidida a que las fiestas de la Navidad sean lo más glamourosas posibles, así que ¡igual me los regalo a mi misma!
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