Siguiendo con las alteraciones de la piel hoy nos toca hablar de puntos negros y de la cuperosis, problemas que aunque no afectan a la mayoría de la personas, pueden hacer aparición si no seguimos unos consejos básicos.
- Puntos negros. Aparecen cuando los poros se obstruyen en la superficie por un exceso de grasa. El color oscuro no es suciedad si no que se debe a la melanina de las células que taponan el poro y a la oxidación de la secreción sebácea. Se dan más en las pieles grasas y solo duelen cuando se infectan, si no se quitan pueden estar años y años sin dar más problemas que el que sean feos y antiestéticos.
Para evitarlos hay que extremar la higiene y ser continua en la exfoliaciones. Los baños de vapor hacen que salgan más fácilmente, además para evitar dejar marcas al quitártelos usa siempre unos pañuelos de papel para no clavarte las uñas.
- Cuperosis. Se produce cuando los pequeños vasos sanguíneos de la dermis pierden su capacidad de contraerse y se hacen visibles, provocando un enrojecimiento permanente en la zona de la nariz, los pómulos o las mejillas. Aunque mayormente es una alteración genética los cambios bruscos de temperatura, que obliga a los vasos a dilatarse y contraerse muy deprisa aceleran su aparición.
También influye el exceso de sol, el consumo de alcohol y las comidas picantes o con muchas especias. En cosmética no existen muchos tratamientos, se recomienda utilizar productos para pieles sensibles, sin alcohol y usar cremas hidratantes que estimulen la circulación. Para disimular el exceso de color se puede usar bajo el maquillaje un corrector en tono verdoso.
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