Seguro que sois muchas las que habéis oído hablar de la manicura rusa e, incluso, es la que os hacéis a menudo y es aquella que promete ser la más duradera sobre todo en relación a las cutículas al realizarse únicamente con torno, en lugar de con otras herramientas.
El objetivo de esta manicura es lograr una mínima separación entre la piel de los dedos y la superficie de uña a esmaltar. Para ello se necesita tener mucha experiencia como manicurista y poseer especial destreza y cuidado a la hora de manejar el torno para evitar heridas, por ello es algo que se desaconseja realizar en casa por amateurs.
La manicura rusa es también llamada manicura en seco y consiste en ir aplicando diferentes tornos a lo largo de la cutícula para crear una especie de ‘cama’ de la uña utilizando unas fresas especiales para ello. Luego solo hay que eliminar cualquier resto de cutícula o de piel muerta que haya podido quedar, limpiar la piel y espaltar.
La verdad es que el resultado es una manicura preciosa, las cosas como son, sin embargo, parece que no sea tan recomendable como nos pueda parecer a primera vista según un reciente estudio de la OCU.
Según afirma la Organización de Consumidores y Usuarios este tipo de manicuras agrede la cutícula, que por si no lo sabemos, es la barrera protectora natural de la uña contra la entrada de agentes patógenos. Si preguntamos a cualquier dermatólogo nos dirán que nunca nos las cortemos, que las empujemos un poco para atrás pero no las retiremos nunca porque son fundamentales para unas uñas bien cuidadas.
Y es que prescindir de las cutículas supone, como bien indica la OCU y los profesionales, que podamos favorecer la aparición de infecciones de bacterias y hongos que hacen que se inflame la piel y duela. Pero es que no solo eso porque también podemos dañar nuestras uñas o, como se llama técnicamente, producir distrofia ungueal, que es una distorsión y decoloración de la estructura normal de la uña, consecuencia de cualquier proceso traumático o inflamatorio como puede ser una manicura agresiva.
El caso es que este tipo de manicuras rusa pueden considerarse demasiado agresivas y hacen que sean más propicia la aparición de este tipo de lesiones que, si bien en algunos casos pueden ser temporales, en otros pueden tener efectos más permanentes.
Por ello, siempre es mejor ponernos en manos de buenos profesionales y no adentrarnos en técnicas que desconocemos porque podemos dañar de forma irremediable nuestras uñas y dará igual la manicura que apliquemos luego.
Fotos | Konstantin Shmatov en Unsplash, Toa Heftiba en Unsplash, Giorgio Trovato en Unsplash
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