De Francis Kurkdjian ya os hemos hablado otras veces, pues se trata de uno de los maître parfumeur más importantes que ha dado el sector. Recordad que con sólo 25 años creó la fragancia Le Mâle de Jean Paul Gaultier que, todavía hoy, sigue siendo el perfume masculino más vendido en el mundo.
Francis Kurkdjian es todo un trotamundos. En el 2013 ya había dado la vuelta al mundo en tres ocasiones. Se dice pronto, pero eso suponen 120.000 kilómetros recorridos saltando de un continente a otro.
Tener que coger aviones a una hora determinada, aguardar pacientemente en las salas de espera de los aeropuertos cuando los aviones se retrasaban o no pueden despegar ni aterrizar es algo que marca, pues deja mucho tiempo para la reflexión y la introspección.
Lo peor de todo, según cuenta el propio Kurkdjian - un apellido difícil de pronunciar que significa fourrure (abrigo de piel en iraní) -, era el desfase horario: que fuese de noche cuando tenía que ser de día, y al revés. Todo este desbarajuste le sirvió para darle muchas vueltas a un accesorio de viaje tan util como hermoso que se le estaba ocurriendo.
Así pues, el mejor cómplice que nadie pueda imaginar para perfumar los sueños y las ideas durante esas largas horas de espera en tierra de nadie fue adoptando la forma de un frasco recargable.
A simple vista, Globe Trotter es un frasco de perfume más. Súper bonito, eso sí, pues es de líneas depuradas y gráficas, y se puede adquirir en zinc o en dorado. Lo bueno, es que no hay que tirarlo una vez que se ha acabado el perfume pues puede recargarse.
No con esas fuentes que recuerdan a las gasolineras, porque lamentablemente están disponibles en muy pocas perfumerías. Pero sí con unos pequeños vaporizadores transparentes que se venden en cajas de 3 unidades, con una capaciad de 11 ml.
Las fragancias con las que se pueden recargar son todas las creadas de dos años a esta parte por este Grand Seigneur du Parfum. A saber: Aqua Universalis, Aqua Vitae, APOM (femme et homme), Lumière Noire (femme et homme), Amyris (femme et homme), Oud-Oud Cashmere Mood (en sus versiones silk y velvet).
El contenedor en cuestión mide 97 mm x 37,5 mm, pesa 130 gr, y está disponible en zinc o en dorado. Fijaros que idea tan buena para regalar a esos sufridos padres que tienen que viajar una semana sí y otra también.
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