La guapa actriz Kate Winslet es el rostro de la portada de abril de la edición británica de Vogue, con un rostro sorprendemente limpio y natural (omitamos toda mención a los retoques y airbrushing, ¿vale?).
Nunca me había fijado en el maquillaje de la actriz, pero empiezo a tener la impresión de que nunca la vemos demasiado maquillada, lo suyo es la simplicidad. Quizás es privilegio de los rostros armoniosos como el suyo, quizás es tan simple como que es su gusto personal, pero no puedo recordar una foto en que la haya visto llevando los ojos demasiado pintados: a lo sumo van delineados y con máscara de pestañas.
Pero lo más notorio del look, de hecho, es su nuevo corte de pelo, un pixie, siguiendo la moda del corto extremo que hemos visto varias veces en estos últimos años. La imagen de portada no nos ayuda demasiado a ver cómo es el corte, de modo que tendremos que especular un poco: parece ser un pixie de nuca muy corta y despejada, pero de mechas largas en el frente.
A mí este corte me encanta y es un estilo que no pasa de moda: en la imagen sobre estas líneas veis la versión que propone Jean Louis David para estas primavera y verano, un poco más larga en la nuca. A diferencia de los pixies más estructurados y un poco más masculinos, este corte es muy versátil y fácil de transformar con un poco de fijador, desde muy estructurado hasta un estilo muy rockero, como el de Kate.
Con lo que no estoy convencida es con el color, rubio platino. De hecho, al principio pensé que era una peluca. Me choca el que el pelo sea más claro que la piel, aunque no llegue a los extremos de Donatella Versace.
Tampoco sé qué pensar de las cejas: me gusta el color, me gusta la forma, pero quizás son muy oscuras. No estoy segura. La verdad es que es demasiado cambio desde sus pelo dorado, en ondas amplias, pero probablemente para que nos convenza del todo solo es necesario esperar un poco y ver cómo combina el pelo con otros looks y en fotos más reveladoras.
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