Es época de alfombras rojas, recogidos, maquillajes, postizos, escotes… de todo eso y más vamos a hablar en nuestro especial inspirado en la red carpet, aunque hoy toca un tema quizá menos glamouroso, pero sí muy práctico.
Ya tenemos el vestido ajustado perfecto, nos queda indiscutiblemente genial... ¿Cómo asegurarnos de que el día señalado no nos va a apretar por estar hinchadas? sencillo, cuidando un poco lo que vamos a comer.
Haciendo bien la digestión
Hay algunos alimentos que se digieren fácilmente, y otros que nos pueden hacer sentir pesadas e hinchadas, por lo que unos días antes del evento en cuestión, lógicamente, es mejor que nos decantemos por los primeros y evitemos los segundos.
Algunos alimentos que producen gases (palabra fea pero necesaria en el tema que nos ocupa): las legumbres, las coles, la lechuga, la cebolla cruda, la leche, los fritos o rebozados, las frutas con mucho azúcar y las bebidas con gas (obvio).
Ojo, no se trata de desechar, por ejemplo, las legumbres de nuestra dieta por completo, ya que son muy saludables, con evitarlas durante unos días será suficiente, y si no podemos hacerlo siempre podemos condimentarlas con comino, perejil, orégano o hierbabuena que favorecen la digestión.
La fibra presente en los cereales puede tener los dos efectos, en cantidades prudentes es la aliada ideal para conseguir un vientre plano, pero si tomamos demasiada acabaremos hinchadas cual pez globo. También depende de si nuestro estómago está acostumbrado o no, así que si no has tomado fibra nunca, estos días no son el mejor momento para empezar a hacerlo.
Alimentos recomendados: El yogur o el kéfir, el plátano (que aunque tiene bastante azúcar regula el tránsito intestinal), la zanahoria cocida, el pescado azul, la leche de avena, la pera o la manzana asada y las infusiones de hinojo, anís verde o menta poleo.
Evitando la retención de líquidos
Otro factor que contribuye a que nos cueste más cerrar la cremallera es la retención de líquidos, favorecida por el exceso de sal, los embutidos, los alimentos muy procesados o una dieta demasiado rica en proteínas.
Usar más especias en la comida en lugar del salero nos ayudará doblemente, al igual que tomar infusiones diuréticas, como la cola de caballo o el té verde, beber agua regularmente y cambiar el postre por piña.
Hábitos a tener en cuenta
A parte de lo que comemos, también es importante cómo lo hacemos. Masticando bien, sin prisas, sin hablar atropelladamente y dejando el estrés fuera de la mesa. Un truco que me funciona muy bien es soltar el tenedor en la mesa mientras estoy masticando un bocado, cuando termino lo vuelvo a coger y a por otro, cuando empecé a usarlo me sorprendí de todas las veces que inconscientemente, con el tenedor siempre en la mano, me llevaba la comida a la boca todavía medio llena.
Adiós a beber con pajita o beber demasiadas cantidades de golpe, incluso de agua, y adiós chicles (al menos por unos días) ya que contribuyen a que traguemos aire. Por el mismo motivo, si tomamos sopas, mejor beberlas que sorberlas con cuchara.
Cenar ligero, reservando las comidas más copiosas para el mediodía y sustituir los cafés por algunas de las infusiones mencionadas también contribuirá a lucir cómodamente ese vestido que nos queda como un guante. A partir de aquí ya solo queda una cosa ¡A disfrutar!
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