No todo el mundo tiene la suerte de tener la ducha cerrada con una mampara: la cortina de la ducha está en muchos hogares, el mío incluído. Si hay una mínima corriente de aire en el piso, la tela impermeable acaba pegándose a las piernas o en la espalda. Es de lo más desagradable y lo odio. Pero ya sé por qué la cortina de la ducha se pega al cuerpo.
Mis compañeros de Genciencia me descubren cosas sorprendentes todos los días. Plantearse la pregunta del porqué no tiene nada de absurdo y así respondió David Schmidt, ganador de una parodia de premio, el IgNobel de Física.
“El flujo continuo de agua caliente genera un torbellino de aire vertical. En el centro de este huracán diminuto se genera una zona de aire circundante y arrastra hacia su seno la cortina de baño”.
Esta explicación tan sofisticada ha dejado en burda mi explicación de la corriente de alguna puerta o ventana de casa pero sólo confirma cuánta razón tiene David: la corriente de aire es más fría que la que hay dentro de la ducha y el efecto se multiplica. Y es cuando la cortina no sólo se pega al cuerpo sino que te envuelve como a un canalón. Muy desagradable.
Pues ya sabes, si te vas a dar una ducha rápida, no importa el mini-huracán. Pero si vas a lavarte tu melena larga, incluído el suavizante, y vas a aprovechar el tiempo como te propuse, será mejor que cierres bien la puerta si no quieres coger los berrinches que pillo yo misma cuando me pasa esto.
¿Será que los gatos saben más de ciencia que nosotros y por eso no les gusta que los duchen?.
Foto | Lu, stuzocub
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Vía | Genciencia
