Las últimas noticias que nos han llegado sobre los duques de Sussex no han sido precisamente buenas. Recordemos que los han puesto de patitas en la calle de la mansión de Frogmore Cottage, situada en Windsor. Residencia en la que se hospedaban cada vez que visitaban Reino Unido y cuya orden de desalojo fue emitida por Carlos III en cuanto su benjamín publicó su libro biográfico.
Sin embargo, Harry y Meghan siempre se han mantenido unidos y demostrando que su matrimonio era capaz de soportar cualquier devenir que le planteara la vida (y la familia royal de él). O eso creíamos. Fue la semana pasada cuando os adelantábamos la posibilidad de que el divorcio llamara a la puerta de la pareja.
Tom Bower, periodista y biógrafo, advirtió para el 'Daily Mail' que "hay mucha gente en Londres que opina que Meghan se está cansando de Harry". Testimonio corroborado por el que fuera el maquillador y amigo de la intérprete, ya no es ninguna de las dos, quien, mediante unas declaraciones para 'The Telegraph', desveló que la pareja hacía vida separada en su hogar de Montecito (Santa Bárbara): "Ha encontrado definitivamente su sitio y está muy asentado en California, pero echa de menos su hogar", explicaba el citado informante.
El matrimonio se enfrento a los rumores de ruptura el pasado fin de semana al protagonizar un paseo de pareja en California. En las imágenes, compartidas por la edición digital de 'Daily Mail', se les puede ver felices, sonrientes y muuuuy poco afectados de que el panorama mundial hable sin tapujos sobre su supuesto divorcio. Quién sabe, lo mismo fijen a las mil maravillas y la realidad es que no se pueden ni ver. Hecho que se les da muy bien a los de sangre azul.
Foto | Gtres
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