Han pasado diez años desde que Juan Carlos abandonó el trono. No fue una decisión fácil, pero tras varios meses incesante insistencia, el monarca cedió. En un primer momento, cuando Felipe le propuso la abdicación, se negó en rotundo. Creía estar en plenas facultades para sostener la Corona y repitió una y otra vez lo siguiente: "¡Moriré en el trono!".
Jamás hubiera imaginado su abdicación. Juan Carlos siempre creyó que su hijo heredería el trono de manera natural. Es decir, tras su muerte. Sin embargo, las tornas cambiaron en el año 2014, cuando el entonces rey demostró ante toda España sus serias dificultades para dar un simple discurso.
Era la Pascual Militar y Juan Carlos subió al estrado para hablar ante su pueblo. Tal y como recuerda Pilar Eyre, "estaba flácido y tenía mal color. El discurso fue el más patético y penoso de la historia. Se equivocó y tartamudeaba... le temblaban las manos", dice la periodista en YouTube.
Juan Carlos deja el trono
En aquel momento, Felipe comenzó a planear su ascenso. Sabía que su padre no querría dejar el trono, pero también tuvo clara su tarea: convencerlo por el bien la monarquía. Lo intentó en decenas de ocasiones, pero Juan Carlos no cedió hasta que Felipe González se cruzó en su camino.
"Se llamó a Felipe González, él es el único político al que el rey respetaba. Había sido su aliado durante muchísimos años. Tuvieron una conversación privada que no sabemos cuál fue...", revela Pilar. Al acabar la charla, "llamó a su hijo y dijo que lo preparasen todo". Es decir, Felipe convenció a Juan Carlos para que dejase la Corona en manos de Felipe.
Fotos | Casa Real de España
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