Salen a la luz nuevos datos sobre el vídeo que ha dado la vuelta al mundo. Kate Middleton, con gesto serio y la mirada fija en el objetivo, comunicaba hace unos días el diagnóstico que nadie esperaba: padece cáncer y está en tratamiento de quimioterapia. Desde los jardines de palacio, la esposa de William hacía la confesión que tantas semanas reclamaba su pueblo.
Todo eran cuestiones sin resolver hasta que Kate dijo basta. Se sentó en un banco y, visiblemente afectada, confesó padecer la misma enfermedad que el Rey de Inglaterra. Pidió respeto y envió un mensaje de aliento a todos aquellos que están pasando por su misma situación. Hasta nuevo aviso, la princesa estará centrada en su recuperación.
Pero, ¿por qué Kate hizo un vídeo y no emitió un comunicado? ¿Qué sucedió en las horas previas a la grabación? ¿Alguien le aconsejó hacerlo así y no de otro modo? Al parecer, una serie de acontecimientos "obligaron" a Middleton a hablar frente a la cámara. Según el Daily Mail, alguien se puso en contacto con Kensington para advertir algo importante: el diagnóstico estaba a punto de filtrarse.
"Contactaron con l Palacio de Kensington" porque "alguien tenía conocimiento de su estado de salud", explican desde el citado medio. "No está claro si la filtración provino de la Clínica de Londres, donde la princesa se sometió a una cirugía abdominal en enero, o de otro lugar", aseguran.
Al recibir la llamada, en palacio se activaron todas las alarmas. Tras varias reuniones, se decidió que Kate debía explicarlo todo en un vídeo. "Cualquiera que sea el motivo, el elogio universal recibido por Kate confirmó que fue la decisión correcta", comenta Ephraim Hardcastle en su columna.
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