Tres días de huelga de hambre han podido con los nervios y la resistencia de Ángeles Béjar. La madre de Luis Rubiales, atrincherada en la iglesia de la Divina Pastora de Motril, se ha visto obligada a dejar su protesta tras sufrir un fuerte ataque de ansiedad por lo que ella misma ha definido como un "acoso y linchamiento público" a su hijo desde que las jugadoras de la Selección ganaron el Mundial de Fútbol y el Presidente de la Federación celebrara la victoria con un beso a Jennifer Hermoso.
Ha sido el párroco de la iglesia de Motril quien ha comunicado que Ángeles ha tenido que ser asistida por equipo médico tras un notable empeoramiento de salud: "Estaba muy mal, estaba mareada y tenía angustia. Tenía palpitaciones y se le habían hinchado mucho los pies", ha explicado a los micrófonos de los medios de comunicación el cura.
"Estaba bebiendo agua e isotónico pero ya se encontraba muy mal", ha continuado explicando no sin matizar que Béjar ha podido salir del templo por su propio pie, por la puerta de atrás y acompañada por un familiar también de Rubiales.
De hecho, habría sido el expresidente de la Real Federación de Fútbol quien habría presionado a su madre para que abandonara su protesta: "Sí, su hijo la ha llamado y entre él y otros familiares han decidido que su madre fuera al hospital de Motril", ha añadido el párroco garantizando que Luis Rubiales, tras las críticas por dejar que su madre continuara con este amotinamiento, ha convencido a su madre para que reciba atención médica.
Fotos | GTRES
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