Fueron muchos los que se acordaron de la icónica Lady Di al enterarse de lo que le ocurrió en la noche de ayer martes a su hijo pequeño. El príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle, acababan de salir de la entrega de premios de la 'Ms. Foundation', por la zona de Central Park (Nueva York), cuando se vieron envueltos en una persecución dirigida por varios paparazzis, estando también en el coche de la pareja la madre de la intérprete, Doria Ragland.
"Anoche, el duque y la duquesa de Sussex y la señora Ragland se vieron envueltos en una persecución casi catastrófica a manos de un grupo de paparazzis muy agresivos", alertaba el portavoz del benjamín del rey de Carlos III de Inglaterra en un comunicado.
Dicha persecución se prolongó hasta más de dos horas y provocó varios accidentes donde se vieron afectados peatones, conductores y profesionales del Departamento de Policía de Nueva York, según explica el anterior medio. A su vez, la 'CNN+', que cita las fuentes policiales, relata que el taxi en el que se encontraban los duques de Sussex era seguido por un ejército de paparazzis distribuidos en coches, motos, bicicletas y hasta scooters.
Tras esto, el matrimonio, en compañía de Ragland, consiguió llegar a una comisaría donde se refugió hasta poder regresar a casa sin peligro: "Si bien ser una figura pública conlleva un nivel de interés público, nunca debe ser a costa de la seguridad de nadie" añade el portavoz de Harry, haciendo mención a que cualquier imagen que se difunda del interior del vehículo "fomenta una práctica altamente intrusiva que es peligrosa para todos los involucrados".
Este altercado, por desgracia, no les pilla de nuevas a la pareja. De hecho, ellos mismos han hecho hincapié en lo peligrosa que es esta práctica tanto frente a los medios de comunicación como en el libro biográfico del príncipe.
Fotos | Gtres
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