Ni empresas ni propiedades. Miguel Bosé se ha deshecho de todo lo que le unía a España, el país de su padre. Durante año levantó negocios y habitó distintas mansiones, pero ya no queda nada de aquella vida. Ahora es feliz en México junto a sus niños y su vinculación con nuestro país es mínima. En verano pasó unos días en Mallorca junto a Nacho Palau y estuvo después en Madrid, donde promocionó su documental con Movistar Plus.
En este momento, Bosé descansa al otro lado del charco junto a sus retoños. A pesar del atraco que sufrió hace unos meses, adora México y no piensa marcharse de allí. Los niños van al colegio, Miguel hace la compra, se encarga de la casa y organiza reuniones con amigos. Hace una vida hogareña, alejado de cámaras y portadas. Quiere paz y allí, en su casoplón mexicano, la ha encontrado.
Ama España, pero ha roto lazos con ella. Tal y como publica Lecturas, Bosé invirtió en un negocio para la comercialización de jamón ibérico, que llegó a ganar la Espiga de Oro al mejor jamón certificado por la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura. En 2012, aquel proyecto murió, algo también sucedió con su vinculación con el mundo del vino.
"Compró varias fincas en la zona para la explotación de tierras y tenencia de ganado, que pertenecían a las empresas de las que hoy el día está completamente desvinculado", explican desde el citado medio. En lo que respecta a las propiedades, Bosé no tiene ninguna. La famosa casa de Somosaguas se la vendió a Courtois a finales de 2022.
Fotos | Gtres
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