Como en cada encuentro olímpico, siempre hay figuras jóvenes que llaman la atención porque con su esfuerzo y desempeño, marcan la historia del deporte dentro de sus disciplinas, y si bien la gran favorita para arrasar en las pruebas de gimnasia fue, sin duda, Simone Biles, el nombre de Rebeca Andrade salió a relucir por alzarse con el oro por encima de la gimnasta de los Estados Unidos.
Rebeca nació el 8 de mayo de 1999 en Guarulhos, São Paulo, Brasil, aunque creció en una favela rodeada de dificultades, ella siempre sentía inquietud por estar activa, saltando y colgándose de los árboles en su tiempo libre, una actividad que, sin pensarlo, se convirtió en el punto de partida para su maravillosa historia.
A los 5 años, su tía la llevó a un gimnasio donde trabajaba como parte del personal de limpieza y fue allí donde descubrió su pasión por la gimnasia, sin embargo, su gusto por las acrobacias se remonta desde algunos años atrás.
“Mientras mi madre hacía equilibrio en la casa, el trabajo y los niños… yo hacía equilibrio sobre los muebles de casa. Había una litera a la que podía subir, bajar y colgarme. ¡Solo tenía nueve meses! Mi madre estaba desesperada. ¡Creo que ya estaba entrenando y ni siquiera lo sabía!" confiesa en una entrevista para QuintoAndar.
"Siempre fue con sacrificio, pero siempre fue con una sonrisa"
En la misma entrevista, Rebeca habla sobre el apoyo que recibió de su familia desde entonces: "No siempre tuvimos dinero para ir en autobús. Así que hubo muchas veces que mis hermanos me llevaron caminando al gimnasio. Eran casi dos horas de caminata. Entonces mi hermano compró una bicicleta para llevarme a entrenar. Siempre fue con sacrificio, pero siempre fue con una sonrisa, con mucho cariño. Si no fuera por el esfuerzo y la dedicación de todos, hoy no estaría aquí”
A lo largo de su carrera, ha enfrentado múltiples lesiones, incluyendo tres roturas de ligamento cruzado anterior, que la obligaron a someterse a varias cirugías y a pasar largos periodos de recuperación.
A pesar de las adversidades, Rebeca ha logrado una serie de triunfos a nivel internacional, destacando su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde se convirtió en la primera gimnasta brasileña en ganar una medalla de oro en la historia de la gimnasia femenina en Brasil.
Como mujer negra en Brasil, Rebeca ha enfrentado desafíos adicionales relacionados con la discriminación y el racismo. A pesar de esto, se ha convertido en un símbolo de empoderamiento y representación para las mujeres negras en el deporte de su país y de todo el mundo.
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