Muchos de ellos los hemos tenido en la cocina toda nuestra vida y nunca habíamos pensando en ellos como en algo más que deliciosos condimentos para nuestra comida. Es más, en España ni siquiera los hemos utilizado tanto tradicionalmente. Estoy hablando, por supuesto, de las especias y otros superalimentos en polvo.
Sin embargo, se tratan de alimentos que, además de dar un sabor delicioso a nuestra comida, también nos ofrecen numerosas propiedades. Entre estos superalimentos encontramos la cúrcuma, tradicionalmente utilizada en la cocina asiática y una de las principales especias presentes en el curry.
Propiedades de la cúrcuma
Además de su color amarillo y su sabor ligeramente picante, la curcumina, su componente principal, nos ofrece numerosos beneficios. Entre otras cosas, tiene propiedades antiinflamatorias que ayuda a calmar ciertos dolores y a eliminar toxinas de nuestro organismo.
Entre otras cosas, también ayuda a mejorar nuestra circulación sanguínea y mejora la asimilación de algunos nutrientes por parte de nuestro hígado. No solo eso, sino que ofrece propiedades antioxidantes que ayudan a reducir los riesgos de los radicales libres. Además, nos aportan vitaminas, sodio, potasio, hierro, cobre, calcio, magnesio y zinc.
Es por ello que no solo es beneficioso para nuestra digestión, mejorándola y facilitándola, sino que evita la aparición de los gases. Además, puede ser utilizada en personas que padecen artritis, para mejorar sus síntomas, ayuda a reducir el azúcar en sangre y mejora los síntomas de algunas alergias. En cualquier caso, debemos recordar que, por muchos beneficios que nos aporte, no se trata de una medicina ni las sustituye. Siempre que tengamos molestias, dolores o alguna enfermedad debemos acudir al médico y cumplir con sus indicaciones.
Uso de la cúrcuma
Una de las cosas que debemos tener en cuenta a la hora de usar la cúrcuma es que es mejor evitar añadirla durante la cocción o antes de ella porque sus propiedades se pueden perder. Es mejor que la añadamos una vez el plato esté terminado o cuando ya no esté hecha la cocción.
Esta especia se puede añadir a numerosos platos como sopas, purés, cuscus, platos elaborados con arroz, recetas de legumbres, pero también a hamburguesas, tortillas, vinagretas, salsas, batidos, diferentes bebidas o como condimentos de otros platos.
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