Las cañitas de la tarde con los compañeros de trabajo, el vermú del domingo por la mañana después de dar un paseo, las copas del sábado noche en la discoteca, la copa de vino que nos tomamos en la comida... Pero lo que más nos preocupa cuando nos ponemos a dieta es si tenemos que poner 150 o 200 gramos de pechuga de pollo hervida en el plato. ¿Estamos haciendo algo mal?
Y es que a menudo nos preocupamos mucho por cosas que no tienen tanta importancia en el cómputo global, como si es mejor comer pechuga de pollo o de pavo, mientras que dejamos escapar otras cosas más importantes tanto para nuestro peso como para nuestra salud. ¿Cuánto ganamos (y cuánto peso perdemos) al alejar el alcohol de nuestra dieta?
15 kilos menos en 8 meses y medio
La imagen que podéis ver encabezando el post es de BrittSuzanne: una usuaria de Reddit que hace una semana subió estas dos fotografías de su "antes y después". En solo ocho meses y medio había perdido la friolera de 15 kilos. ¿Cómo lo hizo? Alejando de sus manos la botella de vodka (como ella misma dice) e ingresando en rehabilitación, por lo que suponemos que su adicción al alcohol era un tema serio.
Y es que, a pesar de que nosotros no tengamos un problema serio con el alcohol, es muy posible que estemos bebiendo más de lo necesario. A pesar de que el consumo de alcohol ha descendido notablemente en los hogares españoles en los últimos 50 años, sigue siendo una tendencia beber cuando estamos fuera de casa, sobre todo en el caso de los más jóvenes.
Eliminar el alcohol de nuestro día a día (o al menos reservarlo únicamente para ocasiones especiales) no solo nos asegurará unos kilos menos, sino que será beneficioso para nuestra salud.
Alcohol y dieta: dos malos amigos
Una de las primeras cosas que se retiran cuando nos ponemos a dieta (y aún sin estar a dieta debe ser de consumo muy muy moderado) es el alcohol. ¿Por qué? Simplemente porque nos aporta calorías vacías, es decir, que tan solo nos ofrece energía con un aporte de nutrientes puramente anecdótico.
No se trata de que solo nos aporte calorías (7 kcal/gramo, más que las proteínas y carbohidratos, aunque menos que las grasas), sino que además lo hace en grandes cantidades. Veamos cuántas calorías por término medio pueden contener las bebidas alcohólicas más consumidas.
Pero como "100 gramos" no nos dice mucho, vamos a ver cuántas calorías tiene cada una de estas bebidas alcohólicas según las raciones que solemos tomar: una copa de vino (150 ml), un tercio de cerveza (300 ml), una copa de los diferentes tipos de alcohol con mayor graduación (80 ml)... Aquí la cosa cambia un poco.
Parece bastante, ¿verdad? Ni siquiera estamos sumando las calorías de los refrescos que suelen acompañar a las bebidas alcohólicas de mayor graduación cuando pedimos un cubata, ni estamos entrando a valorar la cantidad de azúcar del Baileys (20 gramos por cada 100 ml: eso es un sobre de azúcar por cada copa). Simplemente estamos viendo cuántas calorías ingerimos a través de estas bebidas mientras nos preocupamos por nuestra dieta.
Para seguir informándonos de forma gráfica, pensad que al correr 10 kilómetros podemos gastar, más o menos dependiendo de muchos factores (estado de forma de la persona, masa muscular, masa grasa, recorrido, etc) entre 500 y 600 kcal: eso son 3 copas de ginebra a palo seco, si no contamos el refresco que la acompaña. No soy una gran fan de comparar lo que ingerimos con el ejercicio que hacemos, por un lado porque una mala dieta no se puede resolver mediante ejercicio físico y por otro porque creo que debe haber motivaciones más fuertes que la de perder peso (como la de preservar nuestra salud) a la hora de hacer ejercicio, pero haré un excepción hoy porque creo que es una forma gráfica de darnos cuenta de lo que consumimos.
El efecto del alcohol en nuestro organismo
Aparte del aporte calórico prácticamente vacío de nutrientes que estamos realizando a nuestro cuerpo al beber alcohol, no podemos ignorar los efectos que este tiene en nuestro organismo. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2014 relacionaba el consumo de alcohol con un mayor riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer y de enfermedades cardiovasculares. A pesar de que algunas bebidas alcohólicas nos pueden proporcionar beneficios en cantidades moderadas (pero no explican cuál sería exactamente un "consumo moderado"), estos beneficios desaparecen cuando se realiza un consumo abusivo.
No podemos obviar tampoco otros daños que el alcohol puede producir en nuestro cuerpo, sobre todo a largo plazo: daños en células cerebrales y nervios periféricos, diabetes tipo I y tipo II, alteración de los neurotransmisores, trastornos del sueño...
Tampoco favorece el consumo de alcohol a la belleza, ya que reduce los niveles de vitamina A en nuestro cuerpo, lo que puede producir sequedad en la piel y envejecimiento prematuro. El consumo de alcohol, además, propicia la deshidratación, enemiga también de una piel suave y tersa.
Eliminar el consumo de alcohol de nuestra dieta o limitarlo solamente a ocasiones muy especiales no solo nos ahorrará unas calorías extra cada semana, sino que además nos ayudará a mantener nuestro organismo más sano.
Imágenes | Reddit, iStock
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