Isaac Mizrahi en la Semana de la Moda de Nueva York primavera-verano 2009

De nuevo uno de mis preferidos, Isaac Mizrahi; porque es un colgado deslenguado y desvergonzado que juega a ser señorito, me encanta porque no me aburre, porque no magnifica aunque se da mucha importancia, porque detrás, tiene una historia; es la versión canalla del minimalismo chic y del sport casual, y aunque se venga apalancando en el confort sin complicaciones, siempre hay detalles que claman a su pasado que sin duda, fue mejor.

Auque diseñe para Liz Clairbone y lo que haga no sea digno del más mínimo halago, con sus colecciones propias siempre rinde homenaje a sus mitos y monstruos, siente devoción por el glamour de los cincuenta y su extravagancia siempre se dejan ver, y siempre, aunque cada vez menos porque uno con la edad se aburguesa, tras sutiles capas de estrafalarismo, espíritu kitch y artimaña.

Mizrahi, me encantas.

Y me encantas porque aunque parezca que no das pasos en falso y te apalancas en una estética pastelosa y bucólica, eres un canalla; siempre guardas un golpe de efecto bajo la manga, como tus homenajes tí mismo y a ese bustier deconstruido que hiciste famoso en la portada de Vogue allá por el año 98 y que ahora vuelve, más transparente que nunca y sobre bermudas y faldas;

que eres un maestro del color, salta a la vista, quién sino podría combinar mejor naranjas con rosas, cremas y malvas, al mismo tiempo que haces apetecibles los grises rata.

Los baggy pants son una constante, un eje central; le aportan el toque urbano a la estética de Mujer Desesperada enamorada de Balenciaga, genio al que admiras y al que no homenajeas de manera continuada,