Marie Kondo revolucionó el mundo del orden y la limpieza en casa con una filosofía que convertía en un acto de autocuidado lo que, hasta entonces, concebíamos como una obligación que se hace porque no hay más remedio. Y es que, según la gurú japonesa, el orden aporta paz y felicidad e incluso puede ser el primer paso a una nueva vida mejor. Aunque, para ello, hay que renunciar a la acumulación. Algo que no es tan fácil para todo el mundo...
Vengo de una familia de acumuladores así que, tal vez por ello, yo soy todo lo contario. Me agobia guardar trastos "por si acaso", muy rara vez lo hago, y no me cuesta deshacerme de casi nada. Así que, a menudo, me toca ayudar a otras personas que son lo contrario a hacer limpieza de su casa.
Esto no solo implica clasificar, ordenar y deshacerse de todo aquello que lleva años cogiendo polvo por los rincones y ocupando un valioso espacio, sino que lo peor consiste en batallar con mi madre para convencerla de que es mejor tirar, donar o vender esa cosa a la que solo le dio un único uso una vez hará más de diez años.
Cuando Marie Kondo explica el funcionamiento de su método Konmari, o incluso cuando lo muestra en sus redes sociales o programa de Netflix, hace que parezca muy fácil hacerse una pregunta intuitiva y emocional sobre el destino de las pertenencias de uno. Según ella, solo hay que coger un objeto y preguntarse: ¿me aporta esto alegría? Bueno, pues con ella no funciona. Ni con mucha otra gente.
Realmente, la felicidad y la alegría son conceptos abstractos cuyo significado varía de persona a persona. Así que reflexionar sobre la felicidad (o no) que te aporta una cafetera vieja o los libros que usaste en el colegio puede ser una pregunta un tanto compleja. Alguien incluso podría argumentar que les da paz y felicidad saber que estarán preparados si lo necesitaran en el futuro.
Por suerte, hay otra pregunta mucho mejor que cualquier puede hacerse y que corre como un meme por las redes. Aunque lo más gracioso es que funciona que da gusto. Sin complejidades, sin dudas. Directa a lo que importa. Se trata de la regla de la caca: Si este objeto estuviera cubierto de caca, ¿lo limpiarías o preferirías tirarlo? No os cortéis en echadle imaginación y visualizar los excrementos y el mal olor. Os prometo que no falla.
Foto de portada | @mariekondo
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