El congelador nos salva todo el año con lo útil que es poder tener siempre reservas de comida para emergencias o, simplemente, alargando la vida de los alimentos. Sin embargo, es en verano cuando más se convierte en una bendición, permitiéndonos tener siempre hielo, helados y bebida fría a la mano. Así que, estos meses es más importante que nunca que lo tengamos en perfecto estado. O lo que es sinónimo: sin hielo acumulado en las paredes.
Quitar ese hielo que se acumula en las paredes del congelador con el tiempo y el uso es una de las tareas más tediosas del hogar. Sin embargo, es de las más necesarias porque no solo tiene como consecuencia la reducción del espacio disponible para congelar, también interfiere con la temperatura del aparato. Un congelador debe estar a unos -18ºC. Sin embargo, la temperatura puede reducirse a la mitad debido al hielo, lo que obliga al motor a trabajar de más.
Así que, por ello es fundamental realizar un correcto mantenimiento del congelador si queremos garantizar una larga vida útil y que durante la misma sea lo más eficiente posible. Los fabricantes de este electrodoméstico normalmente recomiendan limpiarlo cada seis meses. Aunque dependiendo del nivel de acumulación de hielo, es posible que tener que hacerlo con más frecuencia. Un buen truco es limpiarlo siempre que la capa de hielo supere el medio centímetro.
Una de las formas más habituales de quitar el hielo del congelador es, simplemente, vaciándolo y desenchufándolo hasta que se descongele por sí solo. No obstante, existe un truco para acelerar el proceso para el que se necesita papel de aluminio. Es un truco que funciona porque este es un buen conductor del calor y ayuda a repartir la temperatura caliente de una cacerola con agua por todo el congelador.
Volodymyr Hryshchenko
Para ponerlo en práctica tenemos que cubrir las paredes del congelador con láminas de papel de aluminio, asegurándonos de que el hielo quede cubierto por completo. Después, tenemos que colocar dentro una cacerola con agua hirviendo y cerrar la puerta.
Pasados unos minutos, ya podremos pasar a retirar el hielo con una espátula. Aunque si todavía hay zonas en las que el hielo sigue muy pegado, podemos empapar un paño en agua caliente y pasarlo por encima del papel de aluminio.
Foto de portada | Mathias Reding
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