Si antes los desfiles de moda eran eventos exclusivos a los que solamente acudían potenciales clientas, hoy en día, al final, lo de menos es la ropa que se presenta. Las carpas bajo las que se celebran las Semanas de la Moda son al final una especie de naves industriales en las que tiene cabida cuanta más gente mejor, y si bien antes los flashes los acaparaban únicamente las maniquís, a día de hoy lo que cuenta es quién se sienta en primera fila a ver el show.
¿El colofón final a todo ello? Las fiestas. Organizadas por marcas, revistas, diseñadores o magnates. Las mismas que tienen lugar post desfile y en el que lejos de novedades y firmas determinadas lo único que cuenta es el estilo personal de las celebrities, anónimas y modelos.
Chloë Sevigny, Lindsay Lohan y Leigh Lezark son solamente algunos de los rostros conocidos que no se pierden ni una y nos regalan o castigan, con sus personalísimas elecciones. Todas muy vanguardistas y modernas en el cóctel ofrecido por la revista Purple.
El mismo en el que también veíamos a una Mary Kate Olsen enfundada en un abrigo brocado en color plata muy propio de su "estilo fusión".
A Mischa Barton nos la encontrábamos en la fiesta presentación de la serie que protagoniza, The Beautiful Life. Guapísima en fúcsia y de largo.
Con un estilo mucho más pausado y clásico podíamos ver a Freida Pinto en la fietsa ofrecida por la firma de joyas Harry Winston.
Y estupendísimas estaban la mujer más sexy del planeta, Olivia Wilde, y la chica de oro de las comedias americanas, Heather Graham, en la fiesta de Vanity Fair y Diane Von Furstenberg.
Nada que ver con el grunge pasado de vueltas de Agyness Deyn tras el esperadísimo desfile de Alexander Wang.
En Trendencias | Semana de la Moda de Nueva York
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