Ahora que ya tenemos claro el significado de los símbolos que aparecen con mayor frecuencia en nuestras prendas, después de haber consultado el primer post Las etiquetas de la ropa I, vamos a atrevernos con una clase más avanzada en la que descubriremos aquellos iconos que nos advierten de que tenemos unas prendas especiales, que también requieren un cuidado particular.
Algunos símbolos son fáciles de deducir si ya nos hemos familiarizado con este lenguaje de las etiquetas, pero vamos a analizar las posibles soluciones a las limitaciones que nos sugieren en su cuidado, en relación al lavado, secado o planchado.
Trátame de forma delicada
Hay prendas que toleran el lavado a máquina, pero siempre que se realice con un programa especial para ropa delicada. Estos programas suelen ser más cortos, a temperaturas moderadas y con un centrifugado muy suave. Estas prendas suelen requerir también un secado especial para ropa delicada. Una línea horizontal, o dos, debajo del símbolo correspondiente nos advierte de estos cuidados especiales.
Hay ropa que se puede blanquear pero sin el uso de productos con cloro, así que ante la necesidad de blanqueado, consultaremos la composición de nuestro producto blanqueador para asegurarnos de que está libre de cloro.
Otras prendas se pueden planchar en seco, pero nunca con vapor. El símbolo que las diferencia es bastante gráfico.
En relación al lavado en seco, existen un montón de iconos reconocibles por los empleados de tintorerías que informan sobre los tipos de disolventes a utilizar, la cantidad de humedad o temperatura que tolera la prenda o la duración de los ciclos de lavado. En el cuadro hay algunos ejemplos sobre estos símbolos para profesionales del lavado.
Túmbame a la sombra
Los que sí nos afectan directamente a los usuarios de estas prendas son los iconos relacionados con la forma de secado. Ya hemos visto que hay ropa que no se puede secar a máquina, pero entonces ¿la colgamos directamente? Mejor consultamos antes la etiqueta y buscamos algunos de los dibujos de la tabla en relación al secado. Puede que la prenda haya que secarla en horizontal o a la sombra o dejarla escurrir sin retorcerla.
Yo personalmente, a todas las prendas de lana que pueden deformarse por el peso del agua, las quito el exceso de agua con una toalla y las seco en horizontal en el interior de casa con la ventana abierta. Así evito que adquiera una forma irregular o que las pinzas deformen la prenda.
Otra opción para prendas que no se pueden retorcer y que hay que colgarlas para que escurran, es hacerlo en la ducha o en la bañera en una percha y cuando ya no gotean llevarlas al colgador. Así evitarás la formación de charcos o las quejas de los vecinos.
Al final es más sencillo de lo que parece, se trata de interpretar bien los símbolos y aplicar el sentido común. La recompensa: disfrutar más tiempo de nuestras prendas favoritas y que éstas conserven el aspecto que tenían cuando las adquirimos.
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