Los perros tienen fama de glotones pero, como sucede con las personas, ellos son diferentes entre sí. Y no solo en los que respecta al tamaño (yendo desde el pequinés hasta el dóberman o el pastor alemán), también tienen sus gustos; manías y preferencias. Así, igual que hay algunos canes que "aspiran" todo lo que se encuentran por la calle, los hay menos apetentes. En estos casos, los dueños a veces se las ven y se las desean para se coman su racción diaria de pienso. Descartada cualquier enfermedad haciendo una visita al veterinario, es posible que, simplemente, a nuestra mascota no le entusiasme la comida industrial prensada. Una experta en Nutrición Veterinaria Comparativa nos da los trucos para conseguir que se coman sus croquetas.
A todos nos gustaría que el brócoli y la col de bruselas tuvieran el sabor de una hamburguesa con queso y, del mismo modo, a los perros les resultan mucho más atractivas las sobras y las golosinas que la comida seca. Sin embargo, una mala alimentación puede provocarle a nuestro peludo graves carencias nutricionales.
En palabras de Marta Hervera, veterinaria y diplomada en Nutrición veterinaria colaboradora de Edgard & Cooper: "hay razas que tienen tendencia a ser selectivas y otras a ser muy demandantes. Por eso es importante adaptar los alimentos".
Alimento completo concentrado
Así, nos cuenta que los alimentos más saciantes; con más fibra y menos calorias son mejores para los glotones. Y, al revés, los que coman poco necesitarán que sean más concentrados para poder ingerir todos los nutrientes comiendo poco.
Además, explica que, para poder elegir bien la comida de nuestros perros, tenemos que conocer la diferencia entre alimento completo y complementario. Esto es algo que debe ir especificado en el empaquetado por ley y que encontraremos escondido en algún lugar del etiquetado.
El que un alimento sea completo significa que se encuentran presentes en él los (alrededor de) 40 nutritientes esenciales y en las cantidades necesarias para nuestra mascota no necesite ningún suplemento.
Croqueta de bola pequeña
Si nuestro perro no es apetente, la experta recomienda darle siempre bola pequeña en vez de grande, independientemente de cuál sea el tamaño del can para que le cueste menos masticar el alimento.
Mezclar comida seca con humeda es otro recurso que da buenos resultados. Además, Hervera nos desmiente el mito de que sea nocivo hacerlo, como algunos creen, por supuestamente fermentare en el estómago. "De hecho nosotros mismos también comemos variado y no tenemos problema en mezclar estos dos tipos de alimento", nos pone de ejemplo.
Otro truco con el que podemos motivarles y estimularles a comer su pienso, pero que no resulta, al final del mes, tan caro como las latas de comida húmeda, es incluir en el comedero un poco de carne. "Si nos limitamos a que sea solo un 10%, será una proporción segura".
BARF, ¿sí o no?
Ante el poco enstusiasmo que algunso perros muestran por la comida industrial prensada, hay dueños que se pasan a otro tipo de dietas como la BARF, basada en la dieta ancestral de lobos y perros salvajes. Normalmente se compone de un 40%-50% de huesos carnosos, 30-40% de carne, 10-15% de vísceras y el 10% de fruta y vegetales, todo ello crudo.
Hervera, sin embargo, es escéptica con esta moda de la alimentación cruda "porque conlleva riesgos sanitarios debido a los patogenos presentes en la carne no cocinada". Nos explica que no solo pueden enfermar nuestros perros sino que, al excretarlos, pueden contaminar la casa y a los seres humanos.
"Todavia los estudios no demuestran, relamente, que haya evidencias de que este tipo de dieta tenga unos beneficios que superen los riesgos", apunta la veterinaria.
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