El nuevo real decreto 666/2023 está trayendo muchísima polémica y no es para menos. Lo que fue ideado para controlar la resistencia a los antibióticos ha golpeado de lleno a los veterinarios y a los dueños de mascotas, que ahora tienen más difícil, caro y complicado curar a sus peludos en casos de enfermedad. Te contamos todo lo que está pasando.
Esta nueva ley lleva poco más de un mes en activo y ya está teniendo graves consecuencias. Muchas clínicas veterinarias cierran para protestar contra esta ley que compromete y encarece su labor importantísima. También se ha cobrado su primera víctima, la perrita Selva que falleció al no poder acceder a los antibióticos que necesitaba. El experto veterinario Pablo Vet ha explicado cómo de mal se han puesto las cosas
Índice de Contenidos (9)
- Aumento de la burocracia veterinaria
- Marcas comerciales sí, principios activos no
- El listado de antibióticos obligatorios
- La exigencia de cultivos veterinarios
- Los veterinarios tienen que ceñirse al prospecto y no a evidencias científicas
- Obligatoriedad de envases completos
- La consulta veterinaria es obligatoria
- Los veterinarios no podrán atender a mascotas sin microchip: falso
- Sanciones y reacciones de la comunidad veterinaria
Aumento de la burocracia veterinaria
La nueva normativa obliga a los profesionales sanitarios a llevar un registro más exhaustivo de los dueños y tutores de las mascotas. Esto se agrava en el caso de protectoras, colonias felinas o animales abandonados, en los que deberán ir cambiando el nombre y datos de la persona responsable en todas las recetas veterinarias, resultando en más tiempo de trabajo burocrático y menos tiempo de atención primaria.
Además, ahora los veterinarios tienen que registrar en la plataforma PRESVET hasta el último comprimido que utilicen nuestros animales en consulta. Así, si le dan una pastilla al perro y éste la escupe, vomita o no se la come y hacen falta más, tienen que registrarlo todas las veces. Esto les supone mucha pérdida de tiempo en tareas administrativas, especialmente porque la formación para usar las nuevas herramientas de registro es bastante deficiente.
Marcas comerciales sí, principios activos no
La ley exige a los veterinarios un orden de prioridades a la hora de prescribir medicamentos. En primer lugar, tienen que apostar por medicamentos específicos para la especie a tratar. En caso de no existir, hay que apostar por medicamentos veterinarios para otra especie o equivalentes que existan en el marco de la Unión Europea. En caso de que ambas opciones anteriores no existan, pueden usar medicamentos humanos y, finalmente, las fórmulas magistrales que se fabrican de cero para ese animal y ese problema en particular.
Anteriormente, si una medicina no estaba en España, el veterinario podía ofrecernos la alternativa similar de uso animal o humano que sí hay en nuestras farmacias, con un principio activo idéntico para poder comprarla inmediatamente y empezar el tratamiento cuanto antes.
Sin embargo, ahora solo pueden recetar por marcas comerciales. En caso de no tener disponibilidad en España, hay que comprobar primero que no exista en la UE, esperar a que llegue y pagarla muchísimo más cara por la importación. Este tiempo perdido puede ser crucial para un animal muy enfermo, como le ocurrió a Selva. En definitiva: más caro, más lento y más peligroso.ç
El listado de antibióticos obligatorios

No contentos con las trabas anteriores, la nueva normativa ha lanzado un listado de antibióticos veterinarios. Ahora es obligatorio comenzar con el listado de antibióticos D, aunque el veterinario considere que el más adecuado y eficaz sea otro de la lista A, B o C. Solo cuando el grupo D no funcione o no ofrezca una opción viable es cuando el veterinario puede justificar el uso de uno de diferente grupo.
Esto también ralentiza y encarece el proceso de curación de nuestros peludos. Además, cuando todos buscan el mismo antibiótico se produce un desabastecimiento y se agota en farmacias. Eso no significa que no exista según la ley, por lo que tendremos que esperar a que vuelva a haber disponibilidad en vez de apostar por una alternativa.
La exigencia de cultivos veterinarios
Para poder recetas otro antibiótico diferente al del grupo D, la ley exige un cultivo y un antibiograma. Esto sale carísimo a los dueños de peludos, además de estar poniendo en jaque a los laboratorios, que no están preparados para el aumento de la demanda de este tipo de test.
Los veterinarios tienen que ceñirse al prospecto y no a evidencias científicas

Ya no importa si hay evidencia científica de que un medicamento formulado para una enfermedad funciona para mejorar otra. Ahora los veterinarios tienen que recetar según lo que indique el prospecto, sin importar su experiencia profesional ni que el precio de la alternativa sea muchísimo menor. De nuevo, las marcas comerciales se ponen por encima de los principios activos. Lo mismo ocurre con las dosis o pautas, deben ser como indique el medicamento y no como el veterinario profesional considere que será mejor para ese peludo en particular.
Obligatoriedad de envases completos
A veces, los medicamentos veterinarios se comercian en envases o cantidades muy por encima de las necesarias para tu animal. En esos casos, los veterinarios podían darnos la dosis necesaria y no teníamos que pagar todo el paquete. Ahora tenemos que comprarlo completo, pasando de pagar 15 euros por 5 comprimidos necesarios a 75 euros por 25 pastillas, de las cuales 20 vamos a tener que tirar.
La consulta veterinaria es obligatoria
Otro cambio que nos va a costar mucho dinero es la obligatoriedad de la consulta veterinaria. Para poder hacer una receta, es ahora mandatario que el peludo pase por consulta, incluso si es un problema que el veterinario ya conoce y sabe cómo tratar. Así que sumamos el coste de la visita médica.
Los veterinarios no podrán atender a mascotas sin microchip: falso
Semejante noticia ha llevado, como siempre pasa, a mucha confusión y bulos. Por ejemplo, el hecho de que los veterinarios no podrán tratar a mascotas sin microchip es falso. Pueden atender a cualquier animal, identificado o no. Sin embargo, tienen la obligación de informarte de que el microchip es mandatario desde hace décadas para perros, gatos y hurones, bajo multas de hasta 600 euros.
Lo único que cambia es que ahora el sistema está informatizado, por lo que la administración sabe con más precisión quién incumple esta obligación. Lo mismo ocurre para controlar qué mascotas han sido desparasitadas internamente y tienen al día la vacuna de la rabia, obligatoria en varias comunidades autónomas.
Sanciones y reacciones de la comunidad veterinaria

Las multas por incumplir estas normativas son desmesuradas para nuestros profesionales veterinarios y pueden alcanzar 1.200.000 millones de euros. Es decir, aunque quieran ayudarnos, si se salen de lo establecido pueden arruinarse. Con semejante constricción se ha puesto en peligro la viabilidad de las clínicas, la capacidad de cuidar de nuestras mascotas y la reputación y experiencia de los veterinarios, que se pone en duda ante semejante control.
Esto ha provocado una avalancha de huelgas, quejas y manifestaciones por parte de la comunidad veterinaria, que merece todo nuestro apoyo. No solo salvan la vida a nuestros mejores amigos de cuatro patas en condiciones nefastas en España, donde no están considerados como expertos médicos de forma legal. Además, sus servicios se graban con un 21% de IVA, como si curar a nuestros peludos fuera un lujo y no una necesidad básica.
Entre sus exigencias, los veterinarios de España exigen al Ministerio que les ceda el control de los tratamientos, porque ellos saben mucho mejor lo que necesitan nuestras mascotas. También piden a los laboratorios que ajusten los envases a su uso real, para evitar excedentes de medicación sin utilizar. Además, piden que los prospectos médicos se actualicen para poder utilizarlos cuando sea necesario.
También exigen que las farmacias tengan la obligación de tener un stock de medicamentos veterinarios de uso esencial, reducción de la carga burocrática y su reconocimiento como sanitarios, prevaleciendo su criterio clínico sobre la normativa y eliminando el IVA de los veterinarios y de sus medicamentos.
Fotos | Werzk Luuuuuuu, Markus Winkler y Anya Prygunova vía Unsplash, @colvemadrid, Safe Initiative.
En Trendencias | Esta es la raza de perro que todos los ejércitos tienen en sus filas por su valentía, inteligencia y espectacular olfato.
Ver 3 comentarios
3 comentarios
relectron
Siempre nos quedará hacernos veganos "integrales"... sin carne, pescado, productos animales... ni mascotas.
vladimirkasaprov
Es un desastre de ley mal aplicada (demasiado exigente cuando el problema se localiza en los animales de producción en ganaderías). Espero de corazón que rectifiquen o la adapten a los veterinarios especializados en mascotas.
grebleips
¿Qué esperabais los que defendéis este gobierno? ¿cuántas leyes deleznables estamos sufriendo a golpe de decreto?
Ahora que han logrado que no tengáis hijos os van a tocar donde más os duele, sacándoos hasta el último céntimo por curar a vuestras mascotas y poniéndolas en riesgo.
¿Sabéis qué va a pasar? Nada, porque la ciudadanía española es cobarde y se la acalla con limosnas.
Desobediencia, pero hace falta mucha gente y muchos colectivos con valor, que miren más allá del dinero y del beneficio cortoplacista; pero os arriesgáis a que os llamen negacionistas, así que quedaos en casa a ver qué dicen en la tele.