Fue una de las mejores fotoperiodista de todos los tiempos, pero lo más seguro es que jamás hayas oído hablar de Catherine Leroy

Puede que el nombre de Catherine Leroy no te suene absolutamente de nada, pero entre los profesionales del medio se la considera como la más increíble fotoperiodista que pisó Vietnam durante el periodo de guerra. Los reportajes que hizo para revistas como Life, al pie del campo del batalla, la convirtieron también en una de las más valientes y premiadas.

Junto con Dickie Chapelle, que murió por culpa de una granada en el año 1965, Catherine Leroy es una de las pocas mujeres que estuvo en el frente durante aquella década de los años 60 en uno de los lugares más peligrosos del mundo y permaneció la mayor parte del tiempo en la zona de combate. El resultado es un trabajo de fotoperiodismo increíble, una colección de fotografías, crudas en muchas ocasiones, pero también llenas de sensibilidad y que logran transmitirnos lo que se vivía segundo a segundo en ese frente. La parte más humana de la guerra.

Catherine Leroy nunca tuvo que enfrentarse a problemas por ser una mujer o al sexismo, pero también estamos hablando de que no era una mujer como las de su época. Nacida en los suburbios de París en el año 1944, en su adolescencia se sacó la licencia para practicar el paracaidismo (aunque según podemos leer en la Wikipedia lo hizo para impresionar a su novio) y antes de llegar a Vietnam había ya saltado 84 veces.

Conmovida por las imágenes de la guerra de Vietnam que se publicaban en la revista Paris Match, decidió viajar hasta el país para dar la guerra un rostro humano. En 1966, con solo 21 años, compró un billete de ida a Laos y se presentó allí con su Leica M2 y doscientos dólares en el bolsillo.

Cuando desembarcó en Vietnam llegó como freelance, sin contratos y con apenas una pequeña lista de trabajos publicados. Pero no tardó nada en comenzar a vender fotos a The Associated Press y U.P.I. La forma más fácil para ella de sobrevivir sin un sueldo fijo era permanecer junto a los solados, que le garantizaba comida y un lugar donde dormir. Pero también implicaba estar en el lugar donde más expuesta estaba al fuego enemigo.

Un año después de llegar a Laos fue la primera periodista acreditada durante la guerra de Vietnam para lanzarse en paracaídas a una zona de combate. Toda una hazaña, pero le suspendieron al poco tiempo sus credenciales como periodista por insultar a un oficial de la Marina. Dos semanas más tarde, documentando la batalla por la colina 881, fue herida y salvó la vida, pero tuvo que ser trasladada a un hospital para curar sus heridas.

No solo fue testigo de la crueldad de la guerra en primera línea, ella misma fue capturada en el año 1968 por el ejercito de Vietnam del Norte, junto con el también periodista Francois Mazure, lo que dio lugar a las fotos que más influencia tuvieron en su carrera profesional. Durante ese cautiverio tuvieron la suerte de que uno de los tenientes hablaba francés y no solo consiguieron explicarles que eran periodistas y los liberaron, también consiguieron permiso para que les dejaran tomar fotos. Una de esas fotos se convirtió en una de las portadas más famosas de la revista Life.

Cuando regresó de Vietnam, Catherine cubrió otros conflictos igual de terribles, en Irak o Líbano. Fue justo a su regreso de este último cuando decidió retirarse en los Estados Unidos. Murió en el año 2006 en California.

Modesta, Catherine Leroy nunca se dedicó a dar importancia a su trabajo y a promocionarse, quizá esa sea una de las razones por las que su nombre no es tan conocido como debería, aunque es una de las fotógrafas que acudieron a la guerra de Vietnam más premiadas: ganó el premio Picture of the Year en los premios George Polk y la Robert Capa Gold Medal. En el año 2015, el director de cine Jacques Menasche le dedicó un documental a su carrera: Cathy at war.