El objetivo es que las viajeras se puedan bajar del autobús en cualquier punto para que la distancia hasta su casa sea la mínima posible y así protegerlas de un posible acoso.
Vigo se ha unido a esta iniciativa, que ya se hace en Francia desde el año 2015 y que no supondrá ningún tipo de coste extra para el servicio.
El funcionamiento de esta nueva medida es muy sencillo: cualquier persona puede solicitar bajarse en cualquier punto de los trayectos oficiales entre dos paradas sin que sea necesario que haya una marquesina. Así se podrán apear lo más cerca posible de su casa y contar con un trayecto más seguro. Para que el autobús se pare hay que indicárselo directamente al conductor al subirse y quedarse en los asientos delanteros para poder salir por la puerta delantera cuando se llegue al punto indicado.
Estas paradas anti-acoso se harán en las líneas que sigan operativas más tarde de las diez y media de la noche y también en las tres líneas nocturnas que funcionan en la ciudad: la N1, la N2 y la N3.
Estas medidas anti-acoso surgieron en Francia y se practican ya en ciudades como Nantes. Poco a poco se están replicando en ciudades españolas como Bilbao, que lo anunció el pasado mes de enero, o Terrasa.
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