Fuera del entorno de la alta alcurnia su nombre nunca resonó con tanta fuerza como el de su hermana Jackie Kennedy Onassis. Sin embargo, Caroline Lee Radziwill fue todo un icono de la moda a la sombra de su hermana mayor. Ambas con un impecable gusto común por la elegancia y la sofisticación.
La que fuera actriz fracasada, escritora y diseñadora de interiores, moría este fin se semana en su casa de Nueva York a los 85 años, edad a la que seguía trabajando como coordinadora de relaciones públicas y de eventos especiales de Giorgio Armani.
Radziwill deja el recuerdo de haber sido en vida una mujer de mucho carácter. Se casó tres veces y todos sus matrimonios acabaron en divorcio. A uno de sus prometidos incluso lo abandonó el mismo día de la boda. Fue al magnate hotelero Newton Cope, con quien se fue igualmente de luna de miel para no desaprovechar el viaje al Caribe que habían organizado.
Entre los que sí llegaron a figurar entre sus maridos, se encuentra el príncipe polaco Stanislaw Albrecht Radziwill, gracias al cual recibió el tratamiento de princesa durante sus años de casados. Con él tuvo dos hijos: Anthony y Anna Christina. Sin embargo, la misma suerte que persiguió al clan Kennedy en forma de tragedia no le fue ajena.
Apenas unas semanas después del accidente de avioneta en el que falleció su sobrino John John Kennedy, moría a los 40 años su hijo, afectado de un cáncer testicular con el que había batallado durante toda una década.
Además de ser cuñada de John F. Kennedy (con quien se rumorea que tuvo una aventura), Caroline fue íntima amiga de muchos famosos. Entre ellos se encuentran Yves Saint Laurent, Andy Warhol o Truman Capote. De este último, fue conocida como uno de sus "cisnes". Nombre con el que se bautizó al grupo de mujeres de la alta sociedad neoyorquina que quedaba con el escritor para hablar de sus vidas de lujo.
Con su hermana Jacqueline mantuvo una relación compleja desde la infancia, según se refleja en Las fabulosas hermanas Bouvier: las trágicas y glamurosas vidas de Jackie y Lee, una biografía no autorizada publicada el pasado otoño.
Jackie era la preferida de su padre, el banquero John Vernou Bouvier III, y Caroline la favorita de su madre, la "socialité" Janet Norton Lee.
Su relación también gozó de épocas de armisticio. Por ejemplo, cuando su hermana mayor se convirtió en primera dama, Lee siempre la acompañaba en los viajes. Sin embargo, los problemas entre ambas resurgieron con fuerza cuando las dos se enamoraron del magnate Aristóteles Onassis, que se casó finalmente con Jackie a pesar de haber conocido primero a Lee.
Rifirrafes aparte, el amor entre hermanas nunca se acabó y, cuando en 1994 le diagnosticaron un cáncer linfático a Jackie O, su hermana menor estuvo a su lado y lloró desconsolada su muerte en mayo de ese mismo año.
Finalmente, esta no le dejó nada en el testamento alegando que “ya había sido suficientemente generosa con ella en vida”. Sí se acordó de sobrinos, a los que dio medio millón de dólares.
Consciente de que tuvo una vida especial y privilegiada, pensaba que el precio de esa suerte y comodidad se lo habían cobrado, por otro lado, las tragedias a las que había tenido que hacer frente. Sin embargo, prefería quedarse con los buenos momentos convertidos en recuerdos.
Suya es la cita "no te define lo que tienes sino lo que das" y por la belleza y elegancia que regaló al mundo la recordaremos.
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